Las Fuerzas de Autodefensa de Japón volvieron a activar su dispositivo de alerta aérea rápida entre los días 5 y 7 de diciembre, luego de detectar un riesgo elevado de incursiones en el espacio aéreo japonés sobre el Mar de China Oriental y el Pacífico. Según informó el Ministerio de Defensa, unidades de la Fuerza de Defensa Aérea del Suroeste desplegaron cazas para responder a posibles amenazas, en un contexto marcado por la creciente tensión con China derivada de las últimas operaciones del portaaviones Liaoning.

Tokio afirmó que sus aeronaves actuaron como parte del esquema permanente de vigilancia 24/7, enfatizando que el país “continuará tomando todas las medidas necesarias para proteger el territorio nacional y la vida pacífica de su población”. El refuerzo en la postura aérea japonesa tiene lugar tras varios días de intercambios diplomáticos y acusaciones cruzadas entre Japón y China por incidentes recientes en el espacio aéreo cercano a Okinawa.
La reacción japonesa se produce inmediatamente después de que Beijing elevara críticas contra Tokio por el seguimiento de las maniobras del grupo aeronaval del portaaviones Liaoning, que navegó al este del estrecho de Miyako realizando vuelos de adiestramiento de cazas J-15. China acusó a aviones japoneses de acercarse “de manera reiterada” a su área de entrenamiento, calificando el comportamiento de “hostigamiento” y “grave riesgo para la seguridad de vuelo”.

Tokio, sin embargo, sostiene una versión completamente distinta. De acuerdo con el Ministerio de Defensa japonés, en dos incidentes separados los J-15 del Liaoning habrían iluminado con radar de control de tiro a aeronaves F-15 japonesas cerca de Okinawa, un gesto que catalogó como “peligroso” y “extremadamente lamentable”. Japón presentó una protesta formal y recibió el respaldo de Australia, que llamó a garantizar interacciones seguras entre fuerzas militares en la región.
Este nuevo episodio se inscribe en la creciente actividad naval y aérea china en el Pacífico occidental, donde el Liaoning y su grupo de escolta han extendido el alcance de sus despliegues en los últimos años. Informes recientes registran operaciones al este de Taiwán, en zonas próximas a Iwo Jima y más allá de la segunda cadena de islas, con centenares de despegues y apontajes durante ejercicios de larga duración.
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