El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó las reuniones entre su amigo Steve Witkoff y su yerno Jared Kushner con Vladimir Putin como un avance en las negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania, aunque se mostró ambiguo respecto a los próximos desarrollos y sostuvo que “se necesitan dos para bailar el tango”. Como contó Escenario Mundial el miércoles 3 de diciembre, el encuentro en el Kremlin terminó sin una propuesta concreta, pero supuestos progresos en las condiciones para poner fin a la guerra.

Consultado acerca del balance que hacía de la reunión de más de cinco horas que mantuvieron sus enviados y el jefe de estado de Rusia, Trump afirmó ante reporteros en el Salón Oval que el contenido de la conversación le fue informado por teléfono y que se trató de un encuentro “razonablemente bueno” entre las partes. Sin embargo, no dio precisiones acerca de las implicancias futuras del encuentro. “Lo que salga de la reunión no puedo decírtelo porque hacen falta dos para bailar el tanto”, dijo crípticamente, aunque luego añadió: “Tenemos algo bastante avanzado (con Ucrania).
En este sentido, desde la Casa Blanca confirmaron que Witkoff y Kushner se encontrarán con oficiales ucranianos en Miami este jueves 4 de diciembre. Será una réplica del encuentro ocurrido el domingo, antes de que los negociadores estadounidenses viajaran a Moscú, cuando mantuvieron conversaciones con Rustem Umerov, cabeza del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad de Ucrania, quien encabeza la delegación de Kiev luego que Andriy Yermak, el antiguo jefe de gabinete del presidente Volodímir Zelenski, renunciara a su cargo en medio de un escándalo de corrupción.
Las líneas rojas de Rusia y Ucrania para poner fin a la guerra
El ida y vuelta diplomático de los funcionarios norteamericanos servirá para acerca propuestas que son indigeribles para Rusia y Ucrania. En el primer caso, Vladimir Putin mantuvo que una de las principales piedras en la negociación es la ocupación completa del Donbás -la región oriental de Ucrania donde la guerra empezó como un conflicto civil entre facciones prorrusas y leales a Kiev en 2014-, un territorio que, aseguró, está dispuesto a tomar por la fuerza: “Todo se reduce a esto. O liberamos estos territorios por la fuerza de las armas o las tropas ucranianas van a abandona estos territorios y dejar de pelear allí”.

Del otro lado, Ucrania pide garantías de seguridad que Rusia no acepta, como su adhesión a la OTAN. Este punto también ha sido desestimado por Donald Trump. En el polémico documento de 28 puntos que se filtró en noviembre como una propuesta estadounidense para poner fin a la guerra pero luego se reveló como un esfuerzo realizado con oficiales del Kremlin, Rusia se comprometía a establecer legalmente su voluntad de no atacar Ucrania y Europa, pero este compromiso no fue suficiente para las autoridades del país invadido o sus aliados europeos, que recordaron otros esfuerzos diplomáticos fallidos previos como los Acuerdos de Minsk de 2015.
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