El Departamento de Defensa de Estados Unidos confirmó este viernes la creación de una fuerza de tareas militar conjunta con Filipinas, con el objetivo de fortalecer la cooperación operativa y la preparación de ambas fuerzas armadas, especialmente en el Mar del Sur de China, escenario de múltiples incidentes con la Armada china.
El anuncio se produjo tras una reunión entre el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, y su homólogo filipino, Gilberto Teodoro, en el marco del encuentro de ministros de Defensa de la ASEAN celebrado en Kuala Lumpur, Malasia.
Según el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, la nueva Task Force–Philippines permitirá “aumentar la cooperación operativa, mejorar la planificación conjunta y fortalecer la interoperabilidad, particularmente en el Mar del Sur de China”.
Disuasión regional y nueva arquitectura de defensa
Washington y Manila acordaron además acelerar la modernización de la asociación estratégica y avanzar en las prioridades comunes para los próximos dos años. Ambos países reafirmaron su compromiso de “restablecer la disuasión en la región”, según el comunicado oficial del Pentágono.

La iniciativa se enmarca dentro del tratado de defensa mutua vigente entre Estados Unidos y Filipinas desde 1951, que compromete a ambos países a responder ante una agresión armada en el Pacífico. En los últimos meses, la cooperación bilateral se ha intensificado con el acceso de tropas estadounidenses a nuevas bases filipinas y ejercicios conjuntos de gran escala en zonas disputadas.
Respuesta a la expansión china
Durante su encuentro paralelo con el ministro de Defensa chino, Dong Jun, Hegseth expresó su “preocupación por las acciones de China hacia los aliados y socios regionales de Washington”, en clara alusión a los enfrentamientos con buques filipinos en aguas del Mar del Sur de China y a las tensiones con Australia por vuelos de reconocimiento.

Hegseth reiteró que Estados Unidos “mantendrá la libertad de navegación y el equilibrio de poder en el Indo-Pacífico”, al tiempo que acusó a Pekín de utilizar tácticas de “zona gris” —operaciones no militares, como el acoso con guardacostas o barcos pesqueros estatales— para intimidar a los países del sudeste asiático.
China, por su parte, sostiene que sus operaciones en el Mar del Sur de China son “profesionales y legítimas” y que la presencia militar estadounidense constituye una “provocación” que amenaza la estabilidad regional.
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