Corea del Norte avanza en la creación de un sistema alternativo de pagos basado en rublos, yuanes y trueque, como parte de una estrategia más amplia para profundizar su alianza con Rusia y garantizar el suministro de energía, alimentos e insumos industriales en medio de las sanciones internacionales que asfixian su economía.
Según reveló el medio surcoreano Daily NK, el régimen de Kim Jong-un busca transformar su vínculo con Moscú en una “alianza económica integral”, superando el tradicional enfoque militar. La iniciativa se enmarca en los preparativos del IX Congreso del Partido de los Trabajadores, previsto para comienzos de 2026, que podría redefinir las prioridades económicas del país.
Un sistema paralelo de comercio
Fuentes internas del gobierno norcoreano citadas por Daily NK explicaron que el nuevo esquema comercial descansará sobre tres pilares: independencia, paz y pragmatismo. En la práctica, esto implica la creación de un circuito financiero alternativo que combine pagos en rublos, yuanes y operaciones de intercambio directo de bienes.

El mecanismo estaría orientado a evadir los controles financieros internacionales y garantizar el flujo de productos esenciales. Las transacciones incluirían energía, granos, fertilizantes, maquinaria y minerales procesados, aprovechando los corredores logísticos rusos en el Ártico y la región de Primorie, y la reactivación de polos industriales en las zonas nororientales de Onsong y Rason, en la provincia de Hamgyong del Norte.
“El objetivo es mantener el flujo de suministros necesarios utilizando rutas indirectas, pagos cruzados y comercio compensado”, señaló una fuente en Pyongyang.
Rusia, socio estratégico y escudo económico
Para el régimen norcoreano, Rusia representa hoy el principal “muro de contención” frente al bloqueo occidental. La cooperación abarca desde el suministro energético hasta el intercambio de tecnologías militares, pasando por la expansión de una red logística terrestre, marítima y ferroviaria que conecte el Pacífico norte con el Ártico.
El acuerdo incluye la posibilidad de procesar recursos minerales norcoreanos en territorio ruso, lo que permitiría reducir costos y sortear sanciones. Moscú, por su parte, encuentra en Pyongyang una salida comercial adicional para sus hidrocarburos y granos, así como un socio político dispuesto a desafiar el orden económico internacional dominado por Occidente.

Un triángulo estratégico con China
A pesar del acercamiento a Moscú, Pyongyang busca mantener el equilibrio diplomático con Beijing, que sigue siendo su principal proveedor de bienes intermedios y alimentos. El objetivo, según fuentes oficiales, es consolidar una “estructura triangular de equilibrio” entre China, Rusia y Corea del Norte, donde cada país aporte ventajas complementarias:
- China: mercado masivo, manufactura y bienes intermedios.
- Rusia: energía, recursos naturales y conectividad logística.
- Corea del Norte: mano de obra barata, acceso geográfico y producción minera.
El nuevo entramado podría convertirse en una red económica paralela al sistema global de pagos dominado por el dólar, reforzando la autonomía de las economías sancionadas y elevando el costo político de aplicar sanciones multilaterales.
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