Australia e India dieron un paso estratégico al firmar un acuerdo de seguridad que refuerza su alineamiento en el Indo-Pacífico e incorpora cooperación submarina y un foro de conversaciones militares permanentes. El entendimiento consolida una relación de defensa en ascenso y apunta a disuadir riesgos en rutas marítimas críticas, mientras ambos países coordinan posiciones con socios del Quad y elevan su perfil como garantes de estabilidad regional.
Conversaciones militares y salvamento submarino
Los ministros de Defensa Richard Marles y Rajnath Singh suscribieron en Australia un acuerdo de seguridad que crea un foro para conversaciones de Estado Mayor conjuntas y establece cooperación submarina en materia de rescate. La visita de Singh, la primera de un titular de Defensa hindú desde 2013, subrayó el valor simbólico y práctico del acercamiento. Para Canberra y Nueva Delhi, socios de seguridad de primer nivel, la prioridad es asegurar el Indo-Pacífico mediante interoperabilidad y planes de contingencia marítima.

El acuerdo capitaliza ejercicios recientes como Talisman Sabre, donde India participó por primera vez, y se alinea con la arquitectura del Quad, reforzando la presencia coordinada en espacios marítimos sensibles. La continuidad de visitas de alto nivel y la institucionalización de canales militares apuntan a pasar del gesto político al trabajo operativo, con foco en estándares comunes, procedimientos de rescate y preparación combinada. En este contexto, Australia e India convierten la convergencia declarativa en herramientas concretas para la estabilidad del Indo-Pacífico.
Oportunidades y fricciones para Canberra
El acuerdo llega mientras Canberra redobla la apuesta por el Sudeste Asiático: Australia elevó a “asociación estratégica integral” su vínculo con la ASEAN, lanzó financiamiento para inversión (incluido un mecanismo de USD miles de millones) y organizó cumbres y programas para vincular comercio, educación y resiliencia climática. Aunque la seguridad ganó tracción, sobre todo con Filipinas, los documentos estratégicos insisten en que el Indo-Pacífico requiere tanto músculo militar como profundidad económica y social.

Para que el nuevo acuerdo de seguridad con India rinda frutos, Canberra deberá equilibrarlo con la ASEAN y avanzar en resultados tangibles de inversión y comercio. La cooperación submarina y los ejercicios combinados suman credibilidad disuasiva, pero el consenso la ASEAN y la aversión a elegir un bando limitan la velocidad de la integración en defensa. En ese marco, articular el eje Australia e India como oferta de capacidades y bienes públicos (seguridad marítima, conectividad, resiliencia), sin forzar alineamientos, será clave para transformar el capital político en beneficios concretos y estables para el Indo-Pacífico.
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