El Reino Unido completó el entrenamiento de 275 nuevos reclutas Gurkhas, la legendaria fuerza de origen nepalés integrada al ejército británico. Los nuevos soldados —descritos por el Ministerio de Defensa como “el futuro de la defensa del Reino Unido”— se preparan para sumarse a despliegues globales, entre ellos las Islas Malvinas, donde las tropas Gurkhas han mantenido presencia activa durante 2025.

La noticia coincide con una fase de reforzamiento militar británico en el Atlántico Sur, marcada por ejercicios de fuego real, operaciones conjuntas con la Royal Navy y una infraestructura cada vez más consolidada.
La nueva generación Gurkha
Tras un proceso de selección extremadamente exigente, los nuevos reclutas completaron 39 semanas de formación intensiva en Sennybridge, Gales, con entrenamiento en combate, evacuación táctica y adaptación a la cultura militar británica. Bajo la conducción del Mayor Gyan Dhenga, la instrucción incluyó escenarios de ataque, resistencia bajo fuego y ejercicios de coordinación con unidades de apoyo. “Nunca se sabe dónde seremos enviados”, afirmó el oficial, reflejando el carácter expedicionario de la brigada.
Históricamente, los Gurkhas han actuado como una infantería global del Reino Unido: disciplinada, adaptable y siempre disponible para ser desplegada en zonas de interés estratégico. Su reciente incorporación a rotaciones de tropas en las Islas Malvinas confirma que el entrenamiento no es un fin en sí mismo, sino una pieza más en la maquinaria militar británica.
Malvinas como destino estratégico
Durante 2025, las tropas Gurkhas participaron en los ejercicios Marinización, Cabo Kukri II y Cabo Kukri III junto a unidades de la Royal Air Force y la Royal Navy. Las maniobras incluyeron fuego real, uso de drones tácticos, inserciones anfibias y simulaciones nocturnas. Uno de los hitos fue el lanzamiento de 21 toneladas de suministros desde un avión A400M Atlas en Pradera del Ganso, el mayor despliegue logístico británico en el Atlántico Sur en los últimos años.

Estas operaciones se desarrollaron desde la base Monte Agradable (Mount Pleasant), donde también operan los cazas Eurofighter Typhoon y el sistema antiaéreo Sky Sabre. Con cada rotación, Londres refuerza su capacidad de despliegue y su dominio logístico sobre un territorio cuya soberanía Argentina reclama de forma irrenunciable.
La lógica británica de acumulación
La estrategia británica en el Atlántico Sur no busca provocar, sino normalizar su presencia. La nueva Estrategia de Seguridad Nacional 2025, titulada Seguridad en un Mundo Peligroso, ubica a los Territorios de Ultramar, incluidas las Islas Malvinas, entre las prioridades de defensa. “Deben estar preparados para hacer frente a cualquier desafío externo”, afirma el documento.

En la práctica, esto se traduce en la consolidación de una red de defensa global que abarca desde Gibraltar y Chipre hasta el Atlántico Sur y el Indo-Pacífico. En esa estructura, los Gurkhas ocupan un rol central: fuerzas de despliegue rápido que permiten sostener la presencia británica sin necesidad de incrementar costos políticos internos. Londres ya no defiende las Malvinas: las administra como parte de su red de disuasión global.
Argentina frente al statu quo militar
El contraste con la situación argentina es inevitable. Mientras Londres mantiene un ciclo constante de ejercicios, infraestructura y rotaciones, Buenos Aires ha optado por el silencio diplomático. Bajo la administración de Javier Milei, no hubo declaraciones oficiales tras los ejercicios Cabo Kukri III o Marinización.
Sin embargo, el presidente argentino reiteró el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, e instó al Reino Unido a reabrir el diálogo bilateral conforme a la resolución 2065 de Naciones Unidas en su discurso ante la Asamblea General de la ONU. “El reclamo legítimo e irrenunciable de la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes permanece vigente. Invitamos al Reino Unido a reanudar las negociaciones bilaterales de conformidad con la resolución 2065 de esta Asamblea General y con todas las resoluciones posteriores que la acompañan”, afirmó Milei desde el podio.

El mandatario vinculó su exhortación al mandato histórico de la ONU, recordando que las resoluciones instan a las partes a reabrir el diálogo, congelado desde hace décadas. El pedido se da en un contexto de renovadas tensiones en el Atlántico Sur: la Cancillería declaró ilegales las operaciones hidrocarburíferas de Navitas Petroleum en el yacimiento Sea Lion, mientras el Reino Unido refuerza su control con obras de infraestructura dual, concursos culturales, billetes con la imagen de Carlos III y ejercicios militares en Malvinas.
Pese a ese discurso de reafirmación, el enfoque diplomático argentino convive con una inacción práctica. La posición nacional oscila entre la reafirmación simbólica y la ausencia de una estrategia sostenida, en tanto Londres convierte la ocupación en rutina operativa.
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