El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reavivó la guerra comercial con China, anunciando una nueva ronda de aranceles del 100% sobre las exportaciones chinas hacia EE.UU. y el establecimiento de controles a las exportaciones de software crítico, medidas que entrarán en vigor el 1 de noviembre.
La decisión rompe la tregua económica alcanzada a mediados de año y marca un nuevo punto de inflexión en la relación entre las dos mayores potencias del mundo.
“Un orden hostil” y el fin de la tregua
Trump justificó las medidas como respuesta a la decisión de Beijing de ampliar sus restricciones a la exportación de minerales críticos, especialmente tierras raras, esenciales para la industria tecnológica global.
“Fue un movimiento hostil. Me vi obligado a responder financieramente”, afirmó Trump, calificando las acciones chinas como “una orden de monopolio” que amenaza la estabilidad económica global.

El mandatario republicano, que busca fortalecer su perfil económico de cara a las elecciones legislativas de 2026, también puso en duda su encuentro con Xi Jinping, previsto para fines de mes en Corea del Sur durante la cumbre de APEC. “Ahora no parece haber razón para hacerlo”, escribió en Truth Social, aunque luego matizó: “No lo cancelé, quizá se realice”.
Software, aviones y tecnología bajo fuego cruzado
El paquete anunciado por la Casa Blanca incluye controles sobre toda exportación de software considerado “estratégico”, una decisión que afectará sectores clave como la inteligencia artificial, la nube y la aviación.
Fuentes del Pentágono indicaron que se evalúan también restricciones a las ventas de aviones y repuestos a empresas chinas, en un endurecimiento sin precedentes desde 2019.
Analistas del Center for Strategic and International Studies (CSIS) advirtieron que la medida podría “asfixiar” a buena parte del ecosistema tecnológico chino, mientras en Washington crece el consenso bipartidista en favor de reducir la dependencia de Beijing en la cadena de suministro global.

Impacto inmediato en los mercados
El anuncio provocó una reacción inmediata: el S&P 500 cayó más del 2%, su mayor descenso diario desde abril, mientras los bonos del Tesoro y el oro subieron ante la búsqueda de refugio por parte de los inversores. El dólar se debilitó frente a las principales monedas.
“Esto marca el fin de la tregua comercial”, señaló Craig Singleton, experto en China de la Fundación para la Defensa de las Democracias. “Washington siente que Beijing traicionó los entendimientos del verano. Y China, a su vez, cree que Trump intenta reconstruir su imagen de fuerza a costa del comercio global.”
Beijing endurece su posición
El gobierno chino amplió el jueves su lista de elementos y tecnologías sometidos a control de exportación, agregando cinco minerales y docenas de técnicas de refinación, y exigiendo que todas las empresas extranjeras que usen materiales chinos cumplan sus normas internas.
El portavoz de la Cancillería china afirmó que las medidas responden a “la necesidad de proteger los intereses estratégicos del país”, mientras medios estatales calificaron la ofensiva estadounidense como “una declaración de guerra económica”.
Escalada con tinte electoral
Las nuevas sanciones llegan apenas tres semanas antes del inicio de APEC, lo que deja en suspenso cualquier expectativa de distensión bilateral. Según el analista Scott Kennedy (CSIS), ambos líderes “están reescalando la tensión para ganar margen de negociación, o bien asumen que un acuerdo es imposible y se preparan para la próxima fase del conflicto”.
En un año marcado por los aranceles sobre autos eléctricos europeos, la restricción de exportaciones de chips y el creciente control sobre empresas tecnológicas chinas, la estrategia “America First 2.0” de Trump refuerza su mensaje de independencia económica y de confrontación directa con Beijing.
El resultado, sin embargo, es incierto: los mercados globales reaccionan con nerviosismo, las cadenas de valor vuelven a fragmentarse y el mundo observa cómo la guerra comercial que definió el siglo XXI entra en una nueva etapa de riesgo sistémico.
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