La tensión entre Estados Unidos y Venezuela aumenta día a día. En el último capítulo de esta escalada, aviones de combate estadounidenses que forman parte de la flota que el país norteamericano instaló en el Caribe sur realizaron simulacros de ataque.
Los ejercicios militares se conocieron a través de un video compartido por el SOUTHCOM, el comando Sur que supervisa las operaciones militares de Estados Unidos en Sudamérica y el Caribe. En estas imágenes compartidas en la cuenta oficial de X del organismo, se puede ver a personal del barco de asalto anfibio USS Iwo Jima cargar municiones sobre dos jets de combate AV-8B, que más tarde llevan adelante ejercicios de ataque en las aguas cercanas a la costa de Venezuela.
Estas imágenes remitieron a los cuatro ataques ya realizados por Estados Unidos sobre embarcaciones provenientes de Venezuela, que la administración Trump relacionó con el narcotráfico.
Desde principios de septiembre, Estados Unidos reforzó su flotilla en el Caribe sur con el despliegue de ocho buques -que suman cerca de 6500 efectivos, entre los que hay infantes de marina- y un submarino nuclear. Este fue el primer capítulo en una nueva saga de la tensión entre republicanos y chavistas, que no hace más que aumentar tras las últimas medidas de ambas administraciones.
Trump suspende todo contacto con Venezuela y se anticipa más presión
En paralelo, el presidente Trump ordenó detener todos los contactos diplomáticos con el gobierno de Nicolás Maduro, en una decisión que marca un cambio de fase en la estrategia de Washington. Según confirmaron fuentes oficiales estadounidenses, el mandatario instruyó al enviado especial Richard Grenell a suspender las negociaciones que mantenía con altos funcionarios venezolanos.

La escalada llegó tras una reunión con jefes militares el jueves pasado, cuando Trump llamó personalmente a Grenell y le ordenó cesar “cualquier esfuerzo de acercamiento” con el régimen chavista. La decisión fue interpretada por analistas como un preludio a una mayor presión militar y operativa sobre Venezuela, bajo el argumento de combatir las redes de narcotráfico vinculadas al denominado Cartel de los Soles.
Mientras tanto, en Venezuela rige el estado de conmoción que decretó Nicolás Maduro a fines de septiembre. Se trata de un mecanismo previsto en la constitución venezolana, donde se suspenden temporalmente algunas garantías constitucionales. Como su nombre lo indica, debe definirse por un plazo temporal acotado, algo que la Carta Magna de Venezuela deja en claro en su artículo 337 cuando dice “podrán ser restringidas temporalmente las garantías consagradas en esta Constitución”.

Fuentes del régimen aseguran que el Palacio de Miraflores “se prepara como si una guerra fuera inminente. Lo primero, vigilar a los posibles traidores. Lo segundo, reclutar al número máximo de combatientes”. Para reforzar el segundo aspecto, Maduro hizo público su deseo de ampliar el reclutamiento para las Milicias Populares venezolanas y la reserva de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. En agosto, llevaron adelante una importante campaña que, en sus palabras, añadió cerca de 8 millones de efectivos a estos cuerpos armados.
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