Servicios de inteligencia de Alemania habrían detectado evidencias de que el Kremlin discute internamente la posibilidad de atacar a países miembros de la OTAN en Europa, según declaró el comisario europeo de Defensa y Espacio, Andrius Kubilius. En una entrevista con el diario polaco Gazeta Wyborcza, el funcionario afirmó que “las señales deben tomarse muy en serio” y que Europa debe estar preparada para una escalada.
Kubilius sostuvo que confía en los servicios de inteligencia alemanes, que aseguran tener “pruebas de conversaciones en el Kremlin sobre ataques a la Alianza Atlántica”, aunque aclaró que no existen indicios de una decisión final. “Si lo están discutiendo, ¿significa que lo están planeando? No lo sabemos, pero debemos estar preparados”, advirtió.

El comisario europeo subrayó que Rusia ha demostrado una notable capacidad de adaptación tecnológica y productiva durante su guerra en Ucrania. “A pesar de las pérdidas, Moscú ha logrado sostener la producción de armas, municiones y equipamiento a gran escala”, señaló, recordando que el objetivo inicial del Kremlin era tomar Kyiv en pocos días y que el conflicto ha transformado completamente la forma de hacer la guerra.
Europa acelera su rearme ante la amenaza rusa
Kubilius destacó que la Comisión Europea ya apoya directamente a la industria de defensa europea, impulsando la producción de municiones de artillería y la construcción de nuevas fábricas. Citó al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, quien advirtió que Rusia produce en tres meses la misma cantidad de proyectiles que la alianza atlántica en un año. “Estamos alcanzando el ritmo, pero debemos hacerlo más rápido”, añadió.
El funcionario pidió que Europa aprenda no solo de la experiencia ucraniana sino también de la rusa, para modernizar sus fuerzas armadas y fortalecer la disuasión frente a un adversario que, según dijo, “se prepara para un conflicto prolongado”.

Las declaraciones llegan en un momento de tensión creciente entre Moscú y Occidente, tras varios incidentes con drones rusos que violaron el espacio aéreo de Polonia y Estonia en septiembre, lo que obligó a la OTAN a desplegar cazas de interceptación. Estos episodios, interpretados como pruebas de respuesta aliada, marcaron los primeros encuentros directos entre fuerzas rusas y de la Alianza desde el inicio de la invasión a Ucrania.
El presidente Vladimir Putin calificó como “nonsense” las acusaciones occidentales sobre planes de ataque, pero advirtió que Rusia “no tardará en responder” ante la “militarización creciente de Europa”. Las afirmaciones de Kubilius, sin embargo, refuerzan la percepción de que Moscú busca socavar la unidad interna de la OTAN y medir su disposición ante una confrontación mayor.
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