Una investigación reveló una red de tráfico de armas dentro del Ejército de Colombia que habría abastecido a grupos armados ilegales como el ELN, las disidencias de las FARC y la banda de los Pachenca. El caso involucra a soldados en la ciudad de Valledupar y expone una compleja estructura de corrupción que operaba desde depósitos militares hasta la frontera con Venezuela.
Según el informe, las transacciones incluían incluso el intercambio directo de armas por cocaína, evidenciando una convergencia entre sectores del aparato militar y el narcotráfico regional.

Una conexión transfronteriza con impacto estratégico
Las pesquisas también señalan vínculos internacionales. Los Pachenca habrían adquirido armamento de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) de Venezuela, en operaciones que les permitieron modernizar su arsenal con fusiles Barrett, AK-103 y lanzagranadas. De acuerdo con los investigadores, uno de los intercambios documentados incluyó diez rifles de largo alcance a cambio de media tonelada de cocaína.

El hallazgo confirma que el comercio ilícito de armamento entre fuerzas estatales y organizaciones criminales trasciende la frontera colombo-venezolana, consolidando corredores de contrabando donde convergen intereses militares, narcotraficantes y estructuras políticas corruptas.
El Ministerio de Defensa de Colombia anunció una investigación interna y la colaboración con la Fiscalía General, mientras que el gobierno venezolano no se ha pronunciado sobre la presunta implicación de la GNB. El caso se produce en un momento de reanudación de la cooperación bilateral en materia de seguridad, lo que podría tensar nuevamente las relaciones entre Bogotá y Caracas.
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