El presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, Jim Risch, anunció que presentará un proyecto de ley destinado a reforzar la capacidad de respuesta de Washington frente a una eventual ofensiva china contra Taiwán. El republicano por Idaho adelantó que la iniciativa, denominada Deter PRC Aggression Against Taiwan Act, busca establecer un grupo de trabajo interinstitucional que identifique de antemano objetivos económicos y militares de China para aplicar sanciones inmediatas en caso de agresión. La noticia fue difundida este 3 de octubre por Reuters.
Según explicó Risch, la propuesta contempla que los departamentos de Estado y del Tesoro lideren una estrategia preventiva que incluya sanciones financieras, controles de exportaciones y otras medidas restrictivas. El senador subrayó que el proyecto recoge las lecciones aprendidas de la invasión rusa a Ucrania, donde la coordinación de sanciones internacionales demoró en desplegarse de manera efectiva. “Con esta legislación nos aseguramos de que Estados Unidos esté preparado para golpear a China donde más le duele si cumple con sus amenazas de usar la fuerza contra Taiwán”, afirmó en un comunicado.

La presentación del proyecto está prevista para el lunes, en un contexto marcado por la inminente reunión entre el presidente estadounidense Donald Trump y su par chino Xi Jinping. Washington y Pekín negocian actualmente un acuerdo comercial de gran alcance, lo que aumenta la sensibilidad política y diplomática de cualquier iniciativa vinculada a Taiwán. Analistas señalan que Pekín buscará que la Casa Blanca exprese un rechazo explícito a la independencia taiwanesa, algo que la administración Biden evitaba con un lenguaje más ambiguo.
China reivindica la isla como parte de su territorio y no ha renunciado al uso de la fuerza para unificarla bajo su control. En los últimos años, Pekín intensificó la presión militar y diplomática sobre Taipéi, con ejercicios navales y aéreos alrededor del estrecho, así como con campañas políticas para aislarla de la comunidad internacional. La situación genera inquietud en Washington y entre los aliados regionales, que perciben un aumento sostenido del riesgo de conflicto.

Estados Unidos es el principal socio internacional de Taiwán y su proveedor clave de armamento. Sin embargo, persisten dudas sobre la posición de Trump frente a la defensa de la isla, en comparación con administraciones anteriores. Algunos expertos y sectores políticos en Taipéi temen que el mandatario pueda estar dispuesto a otorgar concesiones a China para asegurar un acuerdo comercial de alto impacto económico.
El Departamento de Estado reiteró en las últimas horas que la postura de Washington no ha cambiado y que se opone a cualquier modificación unilateral del statu quo en el estrecho de Taiwán, ya sea por parte de Pekín o de Taipéi. El proyecto de Risch se suma a otras iniciativas en curso dentro del Congreso estadounidense que reflejan un consenso legislativo a favor de mantener una línea dura frente a eventuales movimientos de China contra Taiwán, subrayando la centralidad del tema en la agenda estratégica de Estados Unidos en Asia-Pacífico.
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