La Armada de Estados Unidos confirmó la realización de cuatro lanzamientos de prueba del misil balístico Trident II D5LE desde un submarino nuclear de la clase Ohio frente a la costa este de Florida, entre el 17 y el 21 de septiembre. Uno de estos ensayos, visible desde Puerto Rico, ocurre en un escenario global marcado por la escalada nuclear con Rusia y China, donde cada demostración tecnológica es interpretada como un mensaje estratégico en la competencia por la supremacía militar.
Pruebas programadas y éxito acumulado
Según la Armada, los lanzamientos forman parte de un calendario regular de validación de capacidades y no responden a eventos internacionales inmediatos. Sin embargo, el dato no pasa desapercibido: con esta serie, el sistema Trident II D5 alcanzó 197 pruebas exitosas desde su incorporación en 1990, consolidando su reputación como pilar de la disuasión estratégica estadounidense y británica.
Los misiles fueron lanzados desde inmersión y cayeron en un área designada del Atlántico, bajo un estricto esquema de seguridad que incluyó la emisión de avisos a la navegación (NOTMAR) y a la aviación (NOTAM) para delimitar zonas de exclusión.

El vicealmirante Johnny R. Wolfe, director de los Programas de Sistemas Estratégicos, destacó que el sistema de misiles balísticos lanzados desde submarinos constituye “un componente crítico de la seguridad nacional desde la década de 1960” y que estas pruebas refuerzan la credibilidad y confiabilidad de la disuasión nuclear estadounidense.
El Trident II D5LE: columna vertebral de la disuasión marítima
El Trident II D5 es un misil balístico lanzado desde submarino (SLBM) de tres etapas y combustible sólido, desarrollado por Lockheed Martin en la década de 1980. Con un alcance superior a los 7.000 kilómetros, puede transportar hasta 12 vehículos de reentrada independientes (MIRV) con cabezas nucleares W76 o W88, de entre 100 y 475 kilotones de potencia.
Su programa de modernización, completado en 2017, extendió su vida útil hasta la década de 2040. Actualmente equipa a la flota de submarinos Ohio en Estados Unidos y a los Vanguard del Reino Unido, y será el sistema inicial de los futuros Columbia estadounidenses y Dreadnought británicos.
La variante D5LE (Life Extension) incluye mejoras en sistemas de guiado, electrónica modular y vehículos de reentrada, lo que asegura su vigencia frente a amenazas emergentes. Un programa posterior, D5LE2, ya está en marcha para extender aún más sus capacidades en las próximas décadas.
Señal estratégica en medio de la competencia nuclear
Aunque el Pentágono insiste en el carácter rutinario de las pruebas, el hecho de que se realicen en medio de tensiones crecientes con Rusia y China proyecta un claro mensaje de “disuasión creíble”. Para Moscú, que moderniza sus misiles intercontinentales y refuerza su tríada nuclear, y para Pekín, que avanza con la construcción de nuevos silos y submarinos estratégicos, la demostración estadounidense es una advertencia sobre la preparación de su componente marítimo.
La política de “Paz a través de la fuerza” citada por Wolfe refleja la lógica de la competencia nuclear actual: cada ensayo sirve no solo para validar tecnología, sino también para enviar señales geopolíticas a rivales y aliados sobre la determinación de mantener la superioridad estratégica.
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