Con las lecciones aprendidas de Ucrania, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, anunció una reestructuración en la estrategia militar contra drones pequeños al ordenar la disolución de la Oficina Conjunta de Sistemas de Aeronaves No Tripuladas Pequeñas (JCO), creada en 2019, y la creación de la Fuerza de Tarea Interinstitucional Conjunta 401 (JIATF 401). Según el memorando difundido el jueves, la nueva unidad tendrá como misión acelerar el despliegue de sistemas antidrones y fortalecer la soberanía del espacio aéreo nacional frente a la creciente amenaza de drones china.

En este sentido, la JIATF 401 concentrará funciones operativas, de adquisición e interinstitucionales bajo un solo comando, con facultades para tomar decisiones de contratación, destinar hasta 50 millones de dólares por iniciativa y contratar personal fuera del procedimiento federal tradicional. El grupo de trabajo operará bajo la supervisión del subsecretario de Defensa y contará con mayor autonomía presupuestaria para responder rápidamente a amenazas emergentes.
Estados Unidos aprende de Ucrania
Esta reorganización se produce en un contexto de creciente utilización de drones en conflictos armados y un crecimiento exponencial de la amenaza de drones por parte de China. En Medio Oriente y Europa del Este, las fuerzas estadounidenses enfrentaron enjambres cada vez más sofisticados, mientras que Ucrania demostró el potencial ofensivo de aeronaves no tripuladas con ataques en suelo ruso durante la Operación Spiderweb. El bajo costo de cuadricópteros y aviones desechables plantea un desafío estratégico al superar con facilidad las defensas aéreas tradicionales.

Es por ello que el reciente ataque ucraniano con drones contra aviones estratégicos rusos logró captar la atención del alto mando militar estadounidense. En una señal clara de que el campo de batalla moderno está cambiando de forma vertiginosa, el jefe del Estado Mayor del Ejército de Estados Unidos, general Randy George, afirmó que su fuerza ya está aplicando las lecciones aprendidas de la experiencia ucraniana para acelerar su propia transformación.
Durante una conferencia sobre inteligencia artificial organizada por el Special Competitive Studies Project, George describió el impacto de la ofensiva aérea de Ucrania como un ejemplo contundente de cómo tecnologías de bajo costo pueden modificar radicalmente el equilibrio de poder. El ataque, ejecutado con drones relativamente económicos, logró inutilizar bombarderos estratégicos rusos valorados en millones de dólares, alterando lo que el militar denominó la “curva de costos del combate”.
La estrategia a futuro del Pentágono
Si bien el JCO logró reducir más de treinta prototipos a un puñado de sistemas aprobados y estandarizar entrenamientos y pruebas, las críticas apuntaban a su incapacidad para adquirir y desplegar capacidades con la rapidez necesaria frente al accionar de enemigos extranjeros como China. Con la JIATF 401, el Pentágono busca comprimir plazos de años a meses, establecer un campo exclusivo de pruebas en 30 días y coordinarse con iniciativas como Replicator 2 de la Unidad de Innovación de Defensa, centrada en sistemas autónomos producidos en masa.

“Eliminamos burocracia, consolidamos recursos y damos máxima autoridad a este grupo de trabajo para superar a nuestros adversarios”, declaró Hegseth en un comunicado oficial, citado desde la red social X. La medida también tiene implicaciones industriales: al centralizar compras y disponer de financiamiento flexible, el Pentágono podría dinamizar un mercado antidrones en expansión que se proyecta en decenas de miles de millones de dólares durante la próxima década. La nueva estructura será evaluada formalmente en 36 meses para determinar su efectividad.
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