El gobierno de Estados Unidos, junto con una coalición de doce países aliados, acusó a China de llevar adelante una de las campañas de ciberespionaje más ambiciosas de los últimos años. Según un informe técnico de 37 páginas firmado por el FBI, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y la Agencia de Ciberseguridad e Infraestructura (CISA), tres empresas privadas chinas colaboraron directamente con el Ministerio de Seguridad del Estado (MSS) para infiltrarse en redes de telecomunicaciones y sectores estratégicos de más de 80 países.
La campaña Salt Typhoon y sus alcances
La operación, bautizada “Salt Typhoon”, habría comenzado en 2021 y afectado al menos a 200 compañías a nivel mundial, incluidas gigantes de las telecomunicaciones como AT&T y Verizon. Los ataques permitieron a los hackers obtener acceso a llamadas, mensajes de texto y datos de geolocalización de millones de usuarios. Entre los objetivos más sensibles se habrían encontrado comunicaciones vinculadas a las campañas políticas de Kamala Harris y Donald Trump.
Empresas privadas al servicio de la inteligencia china
A diferencia de operaciones previas, el reporte señala que el MSS no se limitó a utilizar células encubiertas, sino que habría recurrido a empresas privadas en funcionamiento real. Las firmas involucradas son Beijing Huanyu Tianqiong Information Technology, Sichuan Zhixin Ruijie Network Technology y Sichuan Juxinhe Network Technology. Esta última ya había sido sancionada por el Departamento del Tesoro en enero de 2025, pero las otras dos no habían sido señaladas públicamente hasta ahora.

Además de las telecomunicaciones, la campaña también habría impactado en redes gubernamentales, sistemas de transporte, infraestructura militar y hasta en plataformas del sector hotelero. Un episodio especialmente alarmante fue la infiltración en la red de la Guardia Nacional de un estado norteamericano, donde los intrusos permanecieron casi un año sin ser detectados.
Implicancias estratégicas y geopolíticas
La denuncia refuerza las tensiones entre Washington y Pekín en el terreno de la ciberseguridad, en un contexto marcado por acusaciones cruzadas. Mientras que Estados Unidos advierte sobre la creciente sofisticación de las operaciones chinas, el gobierno de Xi Jinping niega cualquier participación oficial y acusa a sus adversarios de prácticas similares. Analistas señalan que la magnitud de “Salt Typhoon” demuestra la capacidad de Pekín de combinar actores estatales y privados en un mismo esquema de inteligencia, ampliando su alcance global y su poder de recopilación de datos.

La revelación llevó a nuevas discusiones sobre sanciones económicas y posibles represalias diplomáticas contra las empresas señaladas. A su vez, el caso refuerza la percepción de que las infraestructuras de telecomunicaciones continúan siendo uno de los principales campos de disputa en la rivalidad entre China y Occidente. Para los especialistas, la vulnerabilidad de operadores como AT&T y Verizon confirma la necesidad de reforzar estándares de ciberseguridad y coordinación internacional frente a actores estatales hostiles.
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Pues lo mismo que ellos vienen haciendo desde siempre… 🤣🤣🤣