Funcionarios de Estados Unidos y Rusia habrían discutido posibles acuerdos energéticos bilaterales. Las conversaciones, realizadas en paralelo a las rondas diplomáticas de agosto por un acuerdo de paz en Ucrania, se centraron en proyectos de gas, petróleo y tecnología energética, según revelaron a Reuters cinco fuentes con conocimiento directo de las discusiones.
Energía como incentivo en las negociaciones
De acuerdo con estas versiones, Washington habría planteado eventuales concesiones en el sector energético como incentivo para que Moscú avance en compromisos hacia la paz. Entre las propuestas analizadas figuró la posibilidad de que Exxon Mobil retome participación en el proyecto petrolero y gasífero Sakhalin-1, en el extremo oriental de Rusia. La compañía se retiró de ese negocio en 2022, tras la invasión a Ucrania, asumiendo pérdidas por 4.600 millones de dólares luego de que el Kremlin nacionalizara sus activos.

Otro punto de la agenda habría sido la adquisición de equipos estadounidenses para proyectos de gas natural licuado (GNL) rusos, como Arctic LNG 2, actualmente sometido a sanciones. Según cuatro de las fuentes citadas, Moscú busca alternativas para mantener el desarrollo de esta infraestructura estratégica, que enfrenta limitaciones por la falta de buques rompehielos y tecnología occidental.
Incluso surgió la posibilidad de que Estados Unidos adquiera rompehielos de propulsión nuclear rusos, idea que fue mencionada en informes anteriores, aunque sin confirmación oficial.
Negociaciones en Moscú y en la Casa Blanca
Los encuentros tuvieron lugar durante la visita del enviado estadounidense Steve Witkoff a Moscú, quien se reunió con el presidente ruso Vladimir Putin y con su representante de inversiones, Kirill Dmitriev. Dos de las fuentes afirmaron que el tema también fue debatido en la Casa Blanca, con la participación directa del presidente Donald Trump.
Según trascendió, estas tratativas fueron abordadas brevemente durante la cumbre de Alaska del 15 de agosto, donde Washington buscaba anunciar un acuerdo de alto impacto. “Trump quería un titular de inversión tras la cumbre, como muestra de resultados inmediatos”, señaló una de las fuentes consultadas por Reuters.

Tensiones con Europa y presión sobre la energía rusa
Las conversaciones se producen en un contexto de tensiones crecientes. Trump ha amenazado con nuevas sanciones contra Rusia si no hay avances en el diálogo de paz y con aranceles más duros a India, uno de los principales compradores de crudo ruso. Además, estas iniciativas marcan un giro hacia acuerdos bilaterales entre Washington y Moscú, alejándose de la Unión Europea, que mantiene su objetivo de eliminar las importaciones de gas ruso para 2027.
El interés estadounidense también incluye un componente geopolítico: impulsar que Rusia dependa de tecnología norteamericana en lugar de china. De hecho, uno de los objetivos estratégicos de la Casa Blanca sería debilitar el vínculo Moscú-Pekín, luego de que ambos países declararan en 2022 una “asociación sin límites”.

Proyectos bajo presión
El desarrollo de Arctic LNG 2, controlado mayoritariamente por Novatek, ha sufrido retrasos y sanciones desde 2022. Aunque el proyecto retomó cierta actividad este año, las exportaciones se ven limitadas por la falta de acceso a tecnología occidental. China se perfila como proveedor alternativo, con planes de aportar equipos para la tercera planta de procesamiento.
La apertura de la posibilidad de que empresas estadounidenses retomen participación en proyectos como Sakhalin-1, o que se habilite la venta de tecnología y equipamiento, refleja una estrategia dual de la administración Trump: combinar la presión de sanciones y tarifas con la oferta de acuerdos energéticos que podrían reconfigurar el equilibrio entre Rusia, Estados Unidos, Europa y China.
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