Casi 30 años después del ataque terrorista a la sede de la mutual judía AMIA en Buenos Aires, que dejó 85 muertos y más de 300 heridos, Argentina anunció que avanzará con un juicio en ausencia contra varios exfuncionarios de Irán acusados de planear el atentado. La decisión marca un giro histórico en la causa, estancada durante décadas, y podría sentar un precedente jurídico en la región para juzgar crímenes de lesa humanidad cuando los imputados no comparecen ante la justicia.
Argentina activa juicio simbólico contra Irán
El tribunal argentino que investiga el ataque a la AMIA en 1994 autorizó la apertura de un juicio en ausencia contra los exfuncionarios iraníes acusados de planificar el atentado. Esta decisión, anunciada el 26 de junio de 2025, representa un hecho sin precedentes en la historia judicial del país y se basa en una ley aprobada por el Congreso en 2024 que permite este tipo de proceso para delitos de lesa humanidad. La norma fue promovida en el marco del histórico reclamo de justicia por parte de las víctimas del atentado.

Entre los acusados figuran figuras clave del antiguo régimen iraní, incluido el exministro de Defensa Ahmad Vahidi, actualmente protegido por su condición de funcionario en ejercicio. La Justicia argentina sostiene que hay evidencia suficiente que vincula a altos mandos iraníes y a Hezbollah con el atentado. El juicio en ausencia, aunque simbólico en términos prácticos, busca reconstruir los hechos públicamente, emitir condenas judiciales y fortalecer los pedidos de captura internacional.
Irán niega su rol y desafía a la justicia argentina
Irán rechazó sistemáticamente las acusaciones sobre su presunta participación en el atentado, calificándolas de infundadas y políticamente motivadas. La ausencia de colaboración de Teherán fue una de las principales razones que llevaron a Argentina a avanzar con el juicio en ausencia. Pese a las órdenes de captura internacional emitidas por Interpol, los acusados nunca fueron extraditados ni juzgados, y en muchos casos, continuaron ocupando cargos públicos. Esta situación ha generado tensiones diplomáticas recurrentes y obstaculizado cualquier avance bilateral en materia judicial.

El juicio podría tener repercusiones a nivel regional e incluso global. En América Latina, donde crecen las preocupaciones por la influencia iraní y el accionar de Hezbollah, el caso AMIA vuelve a instalarse como un símbolo del debate sobre terrorismo, impunidad y soberanía judicial. Además, organizaciones de derechos humanos y comunidades judías en todo el mundo han respaldado el proceso como un paso necesario hacia la verdad.
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