El secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, aseguró que su país y China firmaron un acuerdo comercial que formaliza el entendimiento alcanzado en las conversaciones de Ginebra del mes pasado.
Según sus declaraciones, el pacto establece compromisos clave en materia comercial, entre ellos el suministro de tierras raras por parte de Pekín a cambio del levantamiento de contramedidas estadounidenses.

Lutnick detalló que, una vez que China comience a exportar tierras raras (insumos críticos para la producción de turbinas eólicas, aviones y componentes tecnológicos), la Casa Blanca suspenderá las restricciones impuestas previamente.
Diez acuerdos comerciales en agenda y negociaciones bilaterales en curso
En paralelo, el secretario de Comercio afirmó que la administración Trump planea cerrar hasta diez acuerdos con socios estratégicos antes del 9 de julio, fecha límite autoimpuesta para reinstaurar aranceles suspendidos en abril. Aunque Lutnick no especificó qué países integrarán esta primera ronda de pactos, se espera que India y Japón estén entre los principales candidatos.
Delegaciones de ambos países ya se encuentran en Washington para resolver diferencias arancelarias. India, liderada por su negociador jefe Rajesh Agarwal, mantendrá dos días de reuniones con autoridades estadounidenses, mientras que el representante japonés Ryosei Akazawa adelantó que su país no puede aceptar los aranceles del 25 % impuestos a sus automóviles.

Trump mantiene abierta la posibilidad de extender ese plazo en función del avance de las negociaciones, aunque reiteró que los aranceles recíprocos anunciados en abril, que alcanzan hasta un 50 %, podrían aplicarse si no hay avances concretos.
Alcances limitados del pacto con China y condiciones técnicas pendientes
Aunque el acuerdo con China representa un avance diplomático tras los roces que siguieron a la ronda de negociaciones en Ginebra, los analistas subrayan que no se trata de un pacto integral. No aborda cuestiones estructurales como el acceso de exportadores estadounidenses al mercado chino ni los conflictos persistentes sobre el tráfico de fentanilo.
Según Bloomberg, el Departamento de Comercio estadounidense notificó a empresas energéticas que podrán embarcar etano con destino a China, aunque no se permitirá la descarga en territorio chino sin autorización oficial. Esto refleja que el acuerdo está operativo, pero no plenamente ejecutado. Empresas estadounidenses que dependen de estos insumos aún esperan la aprobación formal de Pekín para iniciar los envíos.

El gobierno de Trump busca presentar esta serie de avances como parte de una estrategia de resolución acelerada de disputas comerciales. No obstante, los tiempos necesarios para concluir tratados de libre comercio formales y los vacíos que persisten en los actuales acuerdos sugieren que estos entendimientos, más que cerrar definitivamente las tensiones, marcan una tregua frágil y condicionada a futuros cumplimientos.
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