El equilibrio de poder en el Pacífico Occidental se encuentra bajo una creciente tensión tras una serie de maniobras navales simultáneas —aunque no coordinadas oficialmente— de las Fuerzas Armadas de China y Rusia en las cercanías del archipiélago japonés. A pocos días de haber finalizado un despliegue sin precedentes de portaaviones chinos, se confirmó la presencia activa de buques rusos en las mismas aguas, elevando las alertas estratégicas en Tokio.
Según reportó Zona Militar, durante su reciente navegación, los portaaviones de la Armada del Ejército Popular de Liberación de China (PLAN), Liaoning (CV-16) y Shandong (CV-17), realizaron más de 1.000 operaciones aéreas cerca de Japón desde fines de mayo hasta mediados de junio. Solo entre el 17 y el 19 de junio, se registraron 270 despegues y aterrizajes de aeronaves de combate en el Pacífico Occidental. En promedio, el Shandong efectuó 28 salidas diarias, mientras que el Liaoning realizó hasta 90 operaciones en tan solo dos días.

Ejercitación intensiva y expansión operativa china
Este despliegue marcó un hito por su simultaneidad y por haber involucrado áreas de navegación poco frecuentes para la flota de superficie china. Ambas unidades operaron en zonas sensibles como el estrecho entre Okinawa y Miyako, expandiendo notablemente el radio de acción de los Grupos de Ataque de Portaaviones (CSG) chinos. Las maniobras, que incluyeron vuelos constantes de cazas y helicópteros embarcados, fueron seguidas de cerca por la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón.
El ministro de Defensa japonés, general Nakatani, sostuvo en conferencia de prensa: “Se cree que China pretende mejorar las capacidades del Liaoning y el Shandong, al tiempo que aumenta su capacidad para operar en mares y espacios aéreos distantes”.
Despliegue ruso monitoreado por Japón
En paralelo al operativo chino, el Estado Mayor Conjunto de Japón —organismo encargado de supervisar las operaciones de las Fuerzas de Autodefensa Terrestres, Marítimas y Aéreas— informó sobre la presencia de un grupo de buques de guerra de la Armada de Rusia en aguas al norte de Hokkaido. Según el parte oficial del 26 de junio, se identificaron cuatro unidades rusas entre destructores y patrulleros.
Estas unidades cruzaron el estrecho de Soya entre el 25 y 26 de junio, siendo las mismas que ya habían transitado la zona en días anteriores (12 y 14 de junio). La vigilancia y recolección de información fue realizada por el buque “Wakataka” y aeronaves P-3C de patrullaje marítimo de la Fuerza de Autodefensa.
El Estado Mayor Conjunto enfatizó que este monitoreo forma parte de su misión institucional, que abarca vigilancia del entorno aéreo y marítimo, misiones en el extranjero, asistencia en desastres y ejercicios conjuntos, en un entorno de seguridad “cada vez más riguroso”.
Competencia marítima de alta intensidad
Aunque no se ha confirmado una coordinación directa entre Beijing y Moscú, la proximidad temporal y geográfica de ambos despliegues sugiere una lectura estratégica compartida sobre la necesidad de proyectar poder en el Pacífico Occidental, desafiando la primacía naval de Estados Unidos y sus aliados en la región.
La combinación de despliegues militares de China y Rusia pone de relieve la consolidación de un nuevo eje marítimo que presiona la seguridad de Japón y el statu quo regional. Tokio, en respuesta, ha intensificado su vigilancia y refuerza su preparación para escenarios de disuasión regional frente a actores estatales con crecientes ambiciones navales.
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