En una escalada sin precedentes, Irán atacó con misiles varias bases militares vinculadas a Estados Unidos en Medio Oriente. La principal ofensiva tuvo como blanco la base aérea Al-Udeid en Qatar, considerada la instalación más estratégica de Washington en la región. También se registraron impactos en Irak y Bahréin. La operación ocurre en represalia por recientes bombardeos estadounidenses sobre instalaciones nucleares iraníes.
Según reportaron varias fuentes, los servicios de inteligencia de EE.UU. habían anticipado un posible ataque sobre Al-Udeid, lo que llevó a una evacuación preventiva de aeronaves militares desplegadas en la zona. Sin embargo, esto no evitó el impacto de misiles sobre instalaciones clave. Fuentes oficiales israelíes y estadounidenses confirmaron que fueron lanzados al menos 14 misiles balísticos por parte de la Guardia Revolucionaria iraní.

La ofensiva, bautizada por Teherán como “Operación Anuncio de la Victoria”, fue presentada como una respuesta directa a la agresión “criminal” de Estados Unidos contra instalaciones nucleares pacíficas en Irán. En un comunicado difundido por sus Fuerzas Armadas, el régimen iraní aseguró que no permitirá agresiones a su soberanía y advirtió que los ataques a bases estadounidenses no cesarán si continúa la escalada.
Este nuevo episodio incrementa el riesgo de una guerra abierta entre Irán y Estados Unidos, involucrando a aliados regionales como Israel y otras potencias del Golfo. Reportes afirman que el presidente Donald Trump se mantiene en la sala de crisis de la Casa Blanca, evaluando junto a su equipo de seguridad nacional los próximos pasos.
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