Un reciente informe del Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos (CRS), publicado la semana pasada, sugiere que Washington debe continuar con los desarrollos de nuevos bombarderos estratégicos para mejorar su flota actual. Puntualmente, menciona el proyecto del nuevo bombardero estratégico B-21 como un “avión furtivo de nueva generación para llevar a cabo misiones nucleares”.

El documento destaca que las Fuerzas Aéreas de EE.UU. despliegan tres bombarderos estratégicos (o pesados) para transportar bombas o misiles aire-tierra en misiones convencionales y nucleares: el B-52, el B-1B y el B-2. Además, son un componente de una familia de sistemas convencionales que incluyen sistemas de ataque electrónico y de comunicaciones.
Cuestiones potenciales para el Congreso estadounidense
En primer lugar, cabe recordar que el Congreso estadounidense es el encargado de autorizar y asignar fondos para el desarrollo, la adquisición, el mantenimiento y la dotación de la flota de bombarderos de Estados Unidos. Así también para las armas nucleares que transportan estos aviones, supervisando su desarrollo, adquisición, mantenimiento y dotación por parte del Departamento de Defensa (DOD) y las Fuerzas Aéreas.

Por estos motivos, analistas externos y oficiales de la Fuerza Aérea han planteado al Congreso la posibilidad de endurecer las bases con una logística mejorada y refugios reforzados, en pos de mejorar la protección contra posibles ataques de misiles. Los congresistas podrían plantearse si aportar o no fondos para reforzar la infraestructura de sus principales bases operativas, y si hacerlo también en aeródromos más pequeños para apoyar la dispersión de las fuerzas.
Según el informe del CRS, para que Estados Unidos aumente la resistencia de las bases actuales es necesaria más generación, almacenamiento y distribución de energía, así como mejorar la conectividad y la logística. Además, postula que Washington debe comprar más aviones B-21 y aviones cisterna de apoyo.
La “pata visible” de la tríada nuclear
El papel de los bombarderos ha evolucionado con el tiempo. Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial, los B-29 lanzaron sobre Japón las “únicas armas nucleares jamás utilizadas en combate”. En la actualidad son también un componente esencial para las Fuerzas Aéreas de EE.UU.

Según la Revisión de la Postura Nuclear de Estados Unidos (NPR) de 2022, los bombarderos son una parte integral de la “tríada” nuclear de Estados Unidos, junto a los misiles balísticos intercontinentales (ICBM) terrestres de largo alcance y los misiles balísticos lanzados desde submarinos de largo alcance. Por eso Estados Unidos ha estacionado periódicamente bombarderos en países aliados, ha realizado patrullas continuas o ha mantenido bombarderos en estado de alerta.
La flota actual de bombarderos estratégicos estadounidenses
Entre las principales capacidades, se destacan los B-52 Stratofortress, los Lancer B-1B, los B-2 Spirit y B-21 Raider. Todos ellos ofrecen superioridad aérea y un amplio grado de control del espacio aéreo para realizar operaciones sin interferencias de amenazas aéreas o de misiles adversarios. En pocas palabras, tienen la capacidad de llevar a cabo ataques de precisión de largo alcance.
El B-52 entró en servicio en 1955 como un bombardero pesado de largo alcance. Puede llevar a cabo misiones de bombardeo convencional y nuclear, operaciones ofensivas contraaéreas y operaciones de vigilancia marítima y sembrado de minas. Es capaz de transportar 70.000 libras de artillería, por lo que se prevé prolongar la vida útil de los 74 aviones actuales hasta la década de 2040, con base en Luisiana y Dakota del Norte.
El B-1B fue diseñado para ser un bombardero de doble capacidad y el sucesor del B-52. Durante la década de 1990, en virtud del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas entre Estados Unidos y Rusia (START I), Estados Unidos reconvirtió el B-1B para misiones convencionales. Actualmente pueden transportar una carga útil de 75.000 libras y son operados en Texas y Dakota del Sur, aunque se prevé su retiro.
Los B-2 Spirit son bombarderos pesados polivalentes de doble capacidad, propulsados por cuatro motores. Se considera un avión sigiloso por su diseño y materiales, que limitan la capacidad de ser detectado por radares enemigos. Tienen capacidad nuclear, pero no están equipados para transportar misiles de crucero, aunque actualmente se siguen modernizando. Se estima que uno de ellos será retirado de su base actual en Misuri, quedando sólo 19 unidades en uso.
Por último, el B-21 es un bombardero furtivo de doble capacidad de ataque penetrante, actualmente en desarrollo. Es similar al B-2 pero ligeramente más pequeño, pudiendo “emplear una amplia mezcla de municiones de ataque directo y a distancia”. Se espera que pueda volar sin tripulación humana, siendo inicialmente 100 unidades.
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