El Gobierno de Brasil está considerando suspender sus relaciones de cooperación militar con Israel como respuesta a la escalada de violencia en la Franja de Gaza, que las autoridades brasileñas consideran como un genocidio. Según declaraciones oficiales, esta medida busca reafirmar el compromiso brasileño con los principios humanitarios y el derecho internacional, y podría representar un giro en la política exterior de Brasil en Medio Oriente.

En este sentido, la información fue confirmada por la Asesoría Especial del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. En diálogo con Agência Brasil, el asesor presidencial Celso Amorim afirmó que la gravedad de la situación exige respuestas concretas. “Personalmente, creo que la escalada de masacres en Gaza —que constituye un verdadero genocidio, con miles de civiles muertos, incluidos niños— es algo que no se puede minimizar. Brasil necesita, mediante medidas apropiadas, actuar en consonancia con los principios humanitarios y el derecho internacional que siempre ha defendido”, declaró el funcionario brasileño.
Durante esta semana, Amorim recibió en el Palacio del Planalto a una delegación compuesta por veinte diputados federales y otros líderes políticos que exigieron la ruptura total de las relaciones diplomáticas y comerciales con Israel. Aunque el gobierno reconoce la gravedad de la situación, considera que una ruptura diplomática completa podría ser contraproducente, especialmente para los ciudadanos brasileños que residen en Israel y los propios palestinos, al suprimir canales de comunicación con Tel Aviv.
Brasil busca presionar a Israel para el cese de hostilidades en Gaza
Como respuesta intermedia, Brasil ya tomó medidas concretas a principios de este año, cancelando la compra de vehículos blindados de origen israelí que estaban destinados al Ministerio de Defensa. Ahora se analiza extender esta política a otros contratos de cooperación en materia de defensa y tecnología militar, en línea con el rechazo a las políticas israelíes en Gaza y Cisjordania.

En diversas oportunidades y foros internacionales, el Gobierno brasileño también reiteró su condena a la expansión de asentamientos israelíes en Cisjordania, considerados ilegales por el derecho internacional. En ese contexto, la suspensión de la cooperación militar se plantea como una forma de presión diplomática que reafirma la postura de Brasil a favor de una solución pacífica al conflicto israelí-palestino y en defensa de los derechos del pueblo palestino.
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