Estonia avanza en un ambicioso plan de fortalecimiento militar en su frontera oriental con Rusia mediante la construcción de una nueva base operativa en las cercanías de Narva, ciudad limítrofe históricamente sensible por disputas territoriales no resueltas.

Según declaraciones del mayor general Vahur Karus a medios locales, la instalación busca enviar una señal clara de presencia estatal y disuasión en un contexto de creciente tensión regional, coincidiendo con la intensificación de actividades militares rusas en la frontera, donde Moscú ha establecido recientemente nuevas unidades de combate.
Nueva dinámica militar en la frontera estonia-rusa
De acuerdo con el Servicio de Inteligencia Exterior de Estonia, en lo que va de 2024 Rusia reactivó su aparato militar en la frontera noroccidental mediante la creación del 44.º Cuerpo de Ejército y dos divisiones de fusileros motorizados dentro del 6.º Ejército de Armas Combinadas, que representan una capacidad ofensiva significativa, consolidando la postura agresiva de Moscú frente a los Estados bálticos.
La respuesta estonia, además de la base en Narva, incluye un programa de inversiones de 500 millones de euros para el desarrollo de infraestructura defensiva durante los próximos cuatro años, donde, entre las obras previstas, figura la construcción de una línea de defensa con unos 600 búnkeres de hormigón reforzado, distribuidos a lo largo de la región de Ida-Viru, el río Narva y zonas aledañas al lago Peipus.

Cada búnker tendrá una unidad asignada para su mantenimiento, aunque no contará con presencia permanente, en paralelo, las Fuerzas de Defensa estonias están acumulando equipos de ingeniería como minas, alambre de púas y barreras antitanque conocidas como “dientes de dragón”, que se desplegarían rápidamente en caso de una incursión militar.
Consolidación de capacidades con respaldo de la OTAN
El fortalecimiento defensivo no se limita a nuevas infraestructuras, debido a que, en septiembre de 2024, Estonia inauguró el campamento militar Reedo, próximo a la ciudad de Viru, con capacidad para mil efectivos y una inversión de 21 millones de euros, con el objetivo es dar soporte logístico tanto a tropas nacionales como a fuerzas de la OTAN destacadas en territorio estonio.
Asimismo, el país completó recientemente la modernización de la Base Aérea de Ämari, clave para las operaciones de patrullaje aéreo en el flanco este de la Alianza Atlántica.

El teniente general Torsten Poschawatta, comandante del Centro de Operaciones Aéreas Combinadas de la OTAN, valoró los avances logísticos como un paso decisivo para fortalecer la capacidad de respuesta ante amenazas regionales.
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