Según informó el Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD), las fuerzas aéreas de Estados Unidos y Canadá realizaron recientemente ejercicios militares conjuntos en Groenlandia durante la Operación Noble Defender, que se llevó a cabo del 28 de enero al 11 de febrero en la Base de la Fuerza Aérea Pituffik, la instalación militar estadounidense ubicada más al norte en el mundo. Estos ejercicios en Groenlandia casualmente coinciden con declaraciones pasadas del presidente estadounidense Donald Trump, quien ha expresado su interés en adquirir esta región, calificándola en ocasiones como un “gran acuerdo inmobiliario” para los Estados Unidos.
“Durante las últimas tres semanas, nuestros equipos integrados de NORAD han demostrado la capacidad de operar al más alto nivel en uno de los entornos más austeros del mundo”, afirmó el teniente coronel Matthew Shemo en un comunicado, subrayando la alta dedicación de las tropas bajo condiciones tan severas.
Complementariamente, CBS News informó que más de 125 militares de ambos países participaron en estos ejercicios, desplegando una variedad de aeronaves, entre ellas F‑16, KC‑135, E‑3, CF‑18, C‑150 y CH‑149, y contando con el apoyo de la Real Fuerza Aérea Danesa para misiones de búsqueda y rescate.
Los ejercicios se realizaron en un contexto en el que la región del Ártico continúa atrayendo una atención cada vez mayor debido a la intensificación de la actividad militar, especialmente tras el reciente despliegue de dos aviones de combate F‑16 desde Alaska para reforzar la presencia del NORAD en la zona.
Se considera que este despliegue, que ha sucedido en ocasiones anteriores, posee una nueva intencionalidad política, demostrando que el gigante norteamericano puede (y para Trump, debe) desplegar su poderío militar de una forma más efectiva que Dinamarca.
A pesar de ello, declaraciones de la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, han dejado claro que Groenlandia “no está a la venta”, pero subrayó la importancia de que Estados Unidos refuerce su presencia en el Ártico para garantizar la seguridad y disuasión en la región, en especial frente a intereses de Rusia.
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