La creciente tensión entre Israel e Irán llevó a los países del Golfo a fortalecer sus sistemas de defensa antiaérea, enfocándose en tecnologías avanzadas como las armas de energía dirigida. Con esto, Medio Oriente se suma a la carrera por equiparar las defensas mientras Israel toma la delantera con el desarrollo del ‘Iron Beam’, un sistema de interceptación láser que complementará su ‘Cúpula de Hierro’ y se espera que esté operativo en 2025, tras un acuerdo de 500 millones de dólares con las empresas Rafael y Elbit Systems.
Es en este contexto que la región del Golfo comenzó a mostrar un interés creciente en estas tecnologías. Sin embargo, Sasha Bruchmann, investigador del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos en Bahréin, explicó que existe un atractivo común entre los estados del Golfo hacia las armas de energía dirigida, pero no así una iniciativa conjunta dedicada a investigar o desarrollar dichos sistemas.
¿Costos políticos para los países del Golfo por depender de Israel?
A su vez, la posibilidad de que Israel exporte el ‘Iron Beam’ a países del Golfo es incierta debido a las implicaciones políticas. Los recientes conflictos en Gaza han generado tensiones en la región, y aunque existe interés en la tecnología israelí, las consideraciones políticas podrían obstaculizar acuerdos de defensa. Bruchmann señala que, dado el contexto actual, es poco probable que se concreten ventas de este tipo en el corto plazo.
“Ya existen en la región otras opciones de destrucción masiva que pueden resultar menos costosas políticamente que comprar a Israel en este momento. Gaza todavía está en la mente de todos en Medio Oriente”, afirmó Bruchmann citado desde Defense News.
Irán exacerba la tensión regional
Por su parte, Irán manifestó su intención de utilizar “todas las herramientas disponibles” para responder a ataques israelíes, lo que no solo exacerba las tensiones en la región, sino que subraya la urgencia de los países del Golfo por mejorar sus defensas antiaéreas. La dinámica regional está impulsando una carrera armamentista tecnológica, donde la adopción de sistemas de energía dirigida se perfila como una prioridad para mantener el equilibrio de poder y garantizar la seguridad nacional.
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