En un operativo que inició a mediados de enero, autoridades de México hallaron un total de 56 cadáveres en ocho fosas comunes clandestinas, ubicadas en el norteño estado mexicano (y cercano a EE.UU.) de Chihuahua. Los trabajos por parte del gobierno nacional comenzaron el pasado martes, contando con la participación de un equipo interdisciplinario de la Fiscalía, la Guardia Nacional y el Ejército.
El viernes, ocho fosas clandestinas adicionales fueron localizadas, donde se encontraron tres cadáveres y quince osamentas más. El operativo, que está siendo encabezado por la Comisión Local de Búsqueda, procesó un total de 38 fosas con la intervención de peritos de criminología, antropólogos forenses, agentes del Ministerio Público y elementos de la Agencia Estatal de Investigación.
Según lo comunicado por el estado de Chihuahua, los restos humanos y evidencias fueron trasladados a los laboratorios de Ciencias Forenses de la Dirección de Servicios Periciales en Ciudad Juárez. El objetivo es realizar estudios médicos antropológicos que determinen las causas y el tiempo de fallecimiento, además de las identidades de las víctimas.
Por el momento, las autoridades continúan trabajando en la identificación de los restos y en los posibles responsables de estas fosas. No obstante, este acontecimiento resalta la magnitud de la crisis de desapariciones en México, donde se han descubierto casi 5.700 fosas clandestinas. Hay actualmente más de 120.000 personas desaparecidas en todo el país, principalmente los estados del norte que limitan con EE.UU. son los principales testigos.
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