Según analiza un artículo de Foreign Policy, la OTAN se encuentra debatiendo la transformación del Cuartel General Supremo de las Potencias Aliadas en Europa (SHAPE) en un centro de mando más sólido que tenga en cuenta la respuesta al actual conflicto en Ucrania y a la evolución de la situación de seguridad en Europa. 

En ese sentido, este debate tiene en cuenta el desarrollo de varios puntos que comenzaron luego del comienzo de la guerra de Rusia en Ucrania y puso en jaque la capacidad de la OTAN de defender el territorio dentro de sus límites. Desde entonces, el general Christopher Cavoli, nombrado jefe militar de la OTAN en julio de 2022, inició planes para transformar SHAPE, el cuartel general militar de la OTAN en Bélgica, en un centro estratégico. 

Escenario y transformación 

En ese sentido, se conformó un grupo de voluntarios para redefinir el papel y las capacidades de SHAPE, el cual ya es considerado cómo inadecuado para el tipo de guerra que se están desarrollando. 

La nueva idea de SHAPE incluye la planificación de la guerra, la dotación de recursos y el comando de las operaciones militares. Por otro lado, también se buscaría asesorar sobre política militar y traducir los compromisos políticos en acciones militares al Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg. 

A modo de ejemplo, durante tras el conflicto en Ucrania, se le cedió a SHAPE la autoridad de fijar objetivos, para identificar puntos militares en suelo ruso, algo que estaba limitado en tiempos de paz. 

Pero lo más significativo de esta nueva implementación es que el nuevo centro de vigilancia del SHAPE actuará cómo centro neurálgico de las operaciones militares de la OTAN, permitiendo una respuesta rápida ante posibles amenazas. En ese sentido, el equipo de operaciones multidominio proporcionará de manera rápida y eficaz información esencial para aquellos responsables de la toma de decisiones. 

En cuanto a los efectivos de las distintas naciones, explica el artículo que se someterán a un entrenamiento regular, simulando escenarios de crisis y condiciones de guerra reales para mejorar su preparación.

Preocupaciones e inquietudes

Pero el panorama e implementación de todo ello es aún incierto, ya que existe cierta imprevisibilidad por la postura del expresidente estadounidense Donald Trump sobre el compromiso de autodefensa de la OTAN. Asimismo, han acrecentado las preocupaciones por el resurgimiento militar de Rusia y su potencial para desafiar directamente a la alianza.

 En esa misma línea, el ejercicio Steadfast Defender, el mayor de la OTAN en 36 años, apunta a comprobar las capacidades y el adiestramiento de la alianza, identificando las áreas susceptibles a mejorar. 

Retos

Por último, el SHAPE continúa mejorando ciertos aspectos de su estructura, cómo la optimización de la recolección de información, la incorporación de inteligencia artificial y la mejora de las capacidades de juego de guerra. Estos y otros progresos serán presentados en la cumbre de Washington en julio, en la que los aliados de la OTAN analizarán la eficacia de las reformas.

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