Una flota compuesta por seis buques, cargados con cerca de 5 millones de barriles de petróleo ruso destinados a la India, ha experimentado interrupciones significativas en su ruta. Según informes recientes de Bloomberg, estos buques se han quedado varados a una distancia considerable de las costas indias durante varias semanas, sin ofrecer explicaciones claras sobre los retrasos.

Una de las causas que se barajan para esta situación son las recientes sanciones impuestas por Estados Unidos a aquellos que excedan el límite de precio de 60 dólares por barril. Esta medida, adoptada por el Departamento del Tesoro estadounidense, tuvo como blanco a buques específicos pertenecientes a la naviera rusa Sovcomflot, como es el caso del buque NS Century, sancionado el pasado 16 de noviembre.

En el contexto de estos eventos, el NS Century, mientras se encontraba en ruta hacia el puerto indio de Vadinar, decidió detener su trayecto al sur de Sri Lanka. No es un caso aislado; otros dos buques pertenecientes a Sovcomflot que tenían como destino el mismo puerto indio también experimentaron paradas abruptas. Adicionalmente, se especula que próximamente otro buque podría sumarse a esta lista de interrupciones.

Es fundamental destacar que cinco de estos buques, que presentan problemas en su ruta, están bajo la propiedad de Sovcomflot, una de las principales navieras rusas. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea han intensificado sus sanciones para garantizar el cumplimiento del límite de precios del crudo ruso transportado por vía marítima. Estas medidas, implementadas el año anterior, buscan restringir los ingresos petroleros de Moscú sin causar perturbaciones en los mercados globales.

A pesar de los intentos de Rusia por eludir estas restricciones mediante el uso de petroleros no asegurados, comúnmente denominados “fantasmas”, las ganancias derivadas del petróleo y el gas para el país experimentaron una disminución significativa del 41% en 2023, en gran parte debido a la imposición más estricta de sanciones.

Este panorama ha llevado a Moscú a explorar nuevos horizontes comerciales, desviando su atención hacia mercados emergentes como China e India. Es importante resaltar que India ha desempeñado un papel crucial como consumidor, adquiriendo más del 60% del petróleo ruso transportado por mar, consolidándose como el segundo mayor comprador de crudo ruso, solo superado por China.

Con estos acontecimientos en desarrollo, el futuro del comercio petrolero entre Rusia e India parece estar atravesando una etapa de incertidumbre, marcada por sanciones, restricciones y un reajuste en las dinámicas globales del mercado energético.

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Redacción
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