“¿Innovación? Es una de nuestras ventajas y nuestras herramientas”, afirmó el general ucraniano de división Borys Kremenetskyi, agregado de Defensa de la Embajada de Ucrania en Estados Unidos, en la conferencia de la Association of Old Crows. Y es que Ucrania ha sabido mantener por dos años una estrategia defensiva-ofensiva que no precisa de “artillería ni miles de misiles crucero”.
Para las Fuerzas Armadas de Ucrania, el país se encuentra dando batalla a una guerra que lleva ya dos años de una manera efectiva, puntualizando en un “enfoque asimétrico” que se enfrenta al volumen y la fuerza operativa de Rusia contra el ingenio y la creatividad de Kiev. Desde drones con visión en primera persona convertidos en armas multifuncionales hasta el uso estratégico de celulares para la detección de misiles, Ucrania ha demostrado que la innovación es su herramienta distintiva en este conflicto.
A pesar de la superioridad numérica y el imponente arsenal de Rusia, Ucrania ha mantenido su posición durante casi dos años, no solo en el ámbito físico sino también en el ciberespacio. Esta disparidad, sin embargo, se ha materializado en múltiples bajas para el ejército ucraniano, pero sopesándola a través del apoyo del resto de Europa y Estados Unidos.
Según Kremenetskyi, la guerra actual es una “amalgama de conflictos anteriores”, porque muestra dinámicas de las “viejas guerras” con elementos tecnológicos en el campo de batalla. Tanto los sistemas de misiles tierra-aire comprometidos por Noruega, como los tanques Abrams y tecnologías de vanguardia de Estados Unidos, se materializan en herramientas modernas que, combinadas con el conocimiento de antiguos combates, postulan el éxito que permite a Ucrania mantenerse en pie.
“Se trata de un tipo de guerra de artillería a gran escala de la Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra Mundial, más vehículos aéreos no tripulados, vehículos de superficie no tripulados, guerra electrónica, cibernética y todos los dominios que tenemos ahora. No tenemos otro plan que luchar. Con cualquier capacidad que tengamos ahora, con cualquier capacidad que nos puedan proporcionar nuestros socios, vamos a luchar”, afirmó Kremenetskyi.
La lección final es clara. Ucrania está comprometida a luchar, aprovechando sus capacidades propias y el apoyo de sus socios internacionales a través de un enfoque innovador, pero con un elemento único: la resistencia.
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