Estados Unidos se unirá a Japón en la creación de un nuevo interceptor capaz de contrarrestar misiles hipersónicos y colaborará con Australia en la producción de cohetes con sistema de lanzamiento múltiple guiado, conocidos como GMLRS.

Esta iniciativa forma parte de una estrategia destinada a involucrar a socios en la fabricación de armas clave, asegurando así un suministro constante de armas en caso de un conflicto importante y disuadiendo a China de emprender acciones militares, según declaró Bill LaPlante, jefe de adquisiciones del Pentágono, el miércoles.

LaPlante enfatizó que la producción en sí misma actúa como un elemento disuasorio. La cooperación global para expandir la capacidad de producción y sostenimiento, así como la promoción de oportunidades de codesarrollo, coproducción y cosostenimiento, fortalecerá la posición de Estados Unidos y sus aliados en términos de disuasión. Lo expresó durante la conferencia ComDef en Virginia.

En los últimos años, Estados Unidos ha estado trabajando en el desarrollo de nuevos acuerdos de cooperación con sus socios, algunos de ellos de gran envergadura y ampliamente publicitados, como el programa AUKUS para codiseñar y construir submarinos con Australia y el Reino Unido. Otros acuerdos, como el memorando SOSA entre Estados Unidos y Japón, son de menor alcance.

LaPlante señaló que se esperan más acuerdos similares en el futuro, y afirmó que están trabajando en ellos de manera intensiva junto a sus socios y aliados.

Además, el Departamento de Defensa tiene la intención de buscar contratos más grandes y a largo plazo, conocidos como compras en bloque, que beneficiarán tanto a las nuevas empresas de defensa como a los contratistas tradicionales. Esto servirá para tranquilizar a los inversores y mantener la producción de armas clave durante períodos más extensos. LaPlante destacó la relación del Departamento de Defensa con SpaceX como un ejemplo de cómo las compras en bloque pueden fortalecer a nuevas empresas tecnológicas y reducir costos.

El Departamento de Defensa también está explorando la posibilidad de fabricar productos en proximidad a China para mantener las líneas de suministro fluidas en caso de un conflicto. Se mencionó el uso de impresoras 3D por parte de los soldados ucranianos para crear piezas de repuesto cerca de las zonas de combate como un ejemplo de la importancia de la fabricación cerca del campo de batalla en futuros conflictos de alto nivel.

LaPlante concluyó que es necesario un cambio de paradigma para satisfacer las necesidades actuales y futuras, lo cual ha sido una prioridad durante el último año.

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Redacción
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