El pasado martes, la presidenta de Perú, Dina Boluarte, hizo un llamado para pedirles a los miles de manifestantes que descendieron a la ciudad de Lima para exigir su renuncia, la posibilidad de reunirse “pacífica y tranquilamente” a dialogar. Durante su discurso, que tuvo lugar en la Corte Constitucional de Perú, Boluarte afirmó: “Sabemos que quieren tomar Lima, por todo lo que está saliendo en las redes sociales, los días 18 y 19 (miércoles y jueves)”.
Asimismo, agregó: “Hago un llamado para que tomen Lima, sí, pero en paz y con calma. Los espero en la sede de gobierno para discutir sus agendas sociales”, pero también advirtió que “el estado de derecho no puede ser rehén de los caprichos de un solo grupo de personas”. Mientras las fuerzas de seguridad despejaba una barricada en la carretera Panamericana Norte en las primeras horas de la mañana del martes, con “posibilidad de desmantelar otros ataques” según afirmó la mandataria peruana.
En este sentido, el país sudamericano se ha visto sacudido por más de cinco semanas de protestas mortales a partir del derrocamiento y posterior arresto del expresidente, Pedro Castillo, a principios de diciembre del 2022. El exmandatario de izquierda fue destituido y arrestado luego de intentar disolver la legislatura del país y gobernar por decreto, en medio de múltiples acusaciones e investigaciones por corrupción.
Dina Boluarte, quien fuera vicepresidente de Castillo, fue quien lo sucedió en el gobierno, pero a pesar de pertenecer al mismo partido de izquierda, ha suscitado un rechazo por parte de sus seguidores, quienes la han acusado incluso de “traidora”. Frente a esto, varios grupos marcharon en las distintas ciudades de Perú exigiendo la dimisión de Boluarte, la disolución del parlamento y nuevas elecciones inmediatas.