El gobierno de Kosovo confirmó en las últimas jornadas la obligatoriedad para todos los serbios residentes en el norte del país a portar placas locales en sus automóviles: sin embargo, el desarrollo de una escala de tensiones con Serbia en los pasados días hizo que la administración recule ese posicionamiento.
Hasta el domingo por la noche, manifestantes motorizados protestaron en diferentes puntos clave de la vida vial local, repudiando la decisión del gobierno: las fuerzas policiales domésticas no tuvieron otra opción que clausurar los cruces fronterizos.
Medios internacionales, analistas y entidades de paz hicieron eco durante todo el fin de semana de que las alarmas estaban encendidas en toda la región debido a la tensión y posibilidad de profundización de la crisis desatada.
Tras intercambiar posiciones con misiones diplomáticas de la Unión Europea y de los Estados Unidos, finalmente el gobierno de Kosovo estableció el aplazo de, por lo menos, un mes de la medida, buscando calmar las aguas ante un fin de semana de pura tirantez.
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La histeria político-diplomática sigue extendiéndose cual pandemia de covid o viruela del mono. Nos van a matar a todos con un virus o con un misil, por oriente u occidente.