Por Nahir Borges Licciardi miembro de la Red Federal de Historia de las Relaciones Internacionales
La Guerra Ítalo-Etíope (1935-1936) fue uno de los grandes conflictos coloniales del siglo XX. Librada entre la Italia Fascista y Etiopia, el desenlace de la contienda acabaría con la derrota de los etíopes y en el auge y resurgimiento del Imperio Italiano.
En la segunda mitad de los años 20, Mussolini comenzó a imaginar la edificación de un Imperio Africano que pudiera brindarle a Italia el papel de potencia colonial. Italia había conquistado parte de Libia, Eritrea y Somalia, pero Abisinia (Etiopia) mantenía su independencia e Italia deseaba aumentar su presencia en esta región de África.
El 3 de octubre de 1935, sin declaración previa de guerra, 100.000 soldados del Ejército italiano comandados por el mariscal Emilio De Bono atacaron desde Eritrea. Al mismo tiempo, una fuerza menor comandada por el General Rodolfo Graziani atacó desde la Somalia Italiana. El 6 de octubre, Adua, un lugar simbólico para el ejército italiano, fue capturada. En dicho lugar, se había librado la batalla que causó la derrota de Italia durante la Primera Guerra Ítalo-Etíope.
Mientras tanto, en la Sociedad de Naciones, se convocó una cumbre internacional de urgencia. Esta evaluó lo ocurrido y catalogó a Italia como ‘’nación agresora’’, debido a esto 48 países anunciaron sanciones contra Italia. No obstante, la mayoría adoptó un castigo muy leve, por lo que estas sanciones casi no afectaron al país, debido a que tenía una economía fuertemente consolidada que le permitía seguir adelante con la invasión.
El mariscal De Bono dirigía un avance lento y precavido, como consecuencia, Mussolini lo sustituyó por el General Pietro Badoglio. El ejército etíope atacó al ejército invasor y lanzaron un contraataque, sin embargo, Etiopia poseía un arsenal rudimentario y no pudo oponer mucha resistencia contra las armas modernas de los italianos. La contraofensiva etíope logró detener el avance italiano por algunas semanas, pero la superioridad del Ejercito italiano impidió que pudieran retener el control del territorio por mucho tiempo.
Durante este enfrentamiento Badoglio utilizó gas mostaza en bombardeos aéreos, violando las Convenciones de Ginebra; este gas no solo fue usado contra los combatientes sino también contra los civiles.
El 29 de marzo de 1936, el ejercito italiano bombardeo la ciudad de Harar y después de dos días consiguieron una gran victoria en la Batalla de Maychew, la cual elimino toda posible resistencia de los etíopes.
Tras la conquista de Abisinia, Italia anexó oficialmente el territorio y el rey Italiano Víctor Manuel II fue proclamado emperador. De esta forma, Mussolini declaró el nacimiento del Imperio Italiano.
Nahir Borges Licciardi: Colaboradora del Departamento de Historia IRI – UNLP. Red Federal de Historia de las Relaciones Internacionales CoFEI. IRI – UNLP.