El día jueves 6 de mayo se celebraron las elecciones locales en el Reino Unido. Demoradas un año debido a la pandemia de COVID-19 que azotó con particular dureza al país, se convirtieron en el primer test importante para el Premier Boris Johnson, dado que votantes en todo el Reino Unido tuvieron la posibilidad de expresarse eligiendo uno u otro cargo en las urnas.
El Partido Conservador, liderado por Boris Johnson, obtuvo buenos resultados ganando numerosas alcaldías y concejos locales en todo el país. Los analistas políticos consideran que se trata de un espaldarazo a la gestión inicialmente desastrosa del Premier para manejar la pandemia, pero luego con un avance fenomenal de la campaña de vacunación con el consiguiente descenso de contagios y fallecidos.
A nivel nacional, los porcentajes estimados otorgaron un 36% al Partido Conservador, un 29% al Partido Laborista, un 17% al Partido Liberal-Demócrata, y un 18% para otros partidos políticos.
El Partido Laborista profundizó su debacle y se sumerge en una crisis más profunda. Particularmente dolorosas fueron sus derrotas en sus considerados bastiones del noreste inglés. Esto demuestra que se profundizó el pasaje de muchos trabajadores “cuello azul” y agricultores al Partido Conservador tras el Brexit.
El laborismo consiguió, sin embargo, mantener la estratégica alcaldía de Londres, donde fue reelecto Sadiq Khan aunque con un margen menor al previsto y perdiendo escaños en la Asamblea Local. También conservaron las alcaldías de Manchester y Liverpool.
Aunque lo más positivo para los laboristas fue que aumentaron su bloque parlamentario en Gales, con lo cual podrán gobernar en soledad. Aquí los votantes pusieron un freno al independentismo, ya que el magro desempeño de Playd Cimru fue en contra de muchas encuestas.
Pero en Escocia el partido independentista SNP obtuvo una contundente victoria, aunque por poco no consiguió la mayoría absoluta que hubiera significado la inmediata convocatoria a un referéndum para separarse del Reino Unido. Aunque con los verdes sí forman una mayoría en este sentido, por lo que la Premier de Escocia, Nicola Sturgeon, anunció que se enfrentará a Londres y buscará una consulta popular en el corto plazo.
El desempeño de los terceros partidos fue en general bueno: los liberales mantuvieron casi todos sus cargos, mientras los verdes aumentaron ligeramente sus votos ganando 70 nuevos concejales en todo el país.
Puedo observar que la mayoría de las elecciones en el Reino Unido reflejaron una clara tendencia: los votantes premiaron a los oficialismos ante una pandemia que parece por el momento aliviarse en ese país debido mayormente a una campaña veloz y efectiva de vacunación. Esto contrasta con el caso español donde la semana pasada la oposición se impuso por amplio margen en Madrid frente al oficialismo.
Yendo al independentismo, Gales se tranquiliza pero Escocia significa un escollo para Boris Johnson, por lo cual pese a que el Premier ve reforzado su poder tras los buenos resultados de su partido, la independencia escocesa sigue siendo una posibilidad cercana como resultado del Brexit que, de hecho, Boris Johnson promovió hasta conseguirlo.
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