El Ejército Popular de Liberación de China simula batallas en el Golfo de México y Cuba, entre otros territorios del mundo, según mostró de manera velada un reporte televisivo estatal. Los juegos de guerra inferidos a partir de las imágenes emitidas permiten tener un inusual acercamiento alas variables geopolíticas que los mandos militares analizan en Pekín.

El reporte sobre el cual surgió la sorpresa de los juegos de guerra en el hemisferio occidental salió al aire en la cadena estatal china CCTV, que pretendía mostrar un reciente evento en Xuchang, en la provincia de Henan, donde se exhibieron docenas de sistemas de simulación de combate desarrollados en China. El encuentro, según reportó CCTV, contó con la participación de 20 unidades de distintas ramas de las fuerzas armadas y sus academias, que pudieron evaluar cómo podría desarrollarse un conflicto en zonas tan alejadas de China como el Mar Caribe.
El despliegue de unidades ficticias en dinámicas de combate hipotéticas era ilustrado en la pantalla por aeronaves, embarcaciones, unidades de tierra y otros recursos de color rojo -tono tradicionalmente usado por las fuerzas armadas chinas para representarse a sí mismas-, y sus contrapartes en verde. Entre los territorios que aparecieron en las disputas computarizadas estaban Cuba y el Golfo de México, que Donald Trump ha renombrado unilateralmente como Golfo de América.
En una de las pantallas, podía verse al lado rojo proyectándose desde el Caribe -donde China mantiene alianzas con algunos gobiernos como Cuba y Nicaragua- sobre las aguas territoriales de Estados Unidos, donde la contraparte verde agrupaba sus unidades en la zona cercana a Houston, Texas, para descender hacia el sudeste sobre sus contrincantes.

Para muchos, fue una sorpresa encontrar que el EPL de China pueda siquiera proyectar la eventualidad de un conflicto en el continente americano, donde su presencia militar es mínima. Sin embargo, el reporte de CCTV sugirió que observar este tipo de sistemas en distintos escenarios “ayuda a los comandantes a aprender como pelear sin entrar efectivamente en combate, creando un ambiente de confrontación de bajo costo, inmersivo y repetible”.
China también simuló conflictos en Taiwán y cerca de Japón
El reporte de CCTV también permitió inferir que los sistemas de juegos de guerra chinos se proyectan sobre Taiwán y el mar de Okhotsk, que limita al sur con la isla japonesa de Hokkaido.
De todas formas, no debería sorprender que este tipo de sistemas, que realizan simulaciones sobre dinámicas posibles de combate a partir de la carga previa de distintas variables influyentes en el combate, se utilicen sobre Taiwán, donde China tiene ambiciones expansionistas declaradas. Aunque para Pekín, se trate más bien de la reunificación con una isla que corresponde a su territorio.

En cambio, la ratificación del análisis de un conflicto cerca de Japón llega en uno de los momentos recientes más bajos en la relación entre los dos países, justamente por la cuestión taiwanesa. El liderazgo chino no ha dejado pasar las declaraciones de la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, sobre la posibilidad de una intervención de sus fuerzas armadas ante una eventual invasión china de la isla, que se autogobierna democráticamente, aunque cuenta con pocos reconocimientos como un estado independiente en la comunidad internacional.
La proyección sobre el Mar de Okhotsk también involucra indirectamente a Rusia, que cuenta con buena parte de las costas bañadas por este cuerpo de agua. La sugerencia de una alianza militar entre Pekín y Moscú que se proyecte sobre Asia ya fue patente para Japón el mes pasado, cuando las fuerzas aéreas de los dos países desplegaron un ejercicio de vuelo conjunto cerca de su territorio que profundizó el malestar con Tokio.
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