El Senado de Estados Unidos aprobó este miércoles el proyecto de Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA) para el año fiscal 2026, que fija un presupuesto récord de 901.000 millones de dólares para el Pentágono y ahora queda a la espera de la firma del presidente Donald Trump. La medida busca consolidar una agenda de rearmamento de Washington, reforzando también el apoyo militar a Ucrania y Europa y, al mismo tiempo, recuperar capacidad de control civil sobre operaciones sensibles, como los ataques a presuntas lanchas narco en aguas internacionales cerca de Venezuela.

La Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA), que establece la política del Pentágono, es de casi un billón de dólares para el año 2026. Por lo que pudo conocerse, también contempla una suba salarial para las tropas de entre 3,8% y 4%, la compra de nuevos submarinos, cazas y sistemas no tripulados, y una gran reforma de los mecanismos de adquisición militar.
Más dinero para Ucrania y un mensaje a Europa
Pese al giro de la administración Trump hacia América Latina y el Caribe en estos últimos meses, el Congreso mantuvo una fuerte impronta euroatlántica en el texto final. El NDAA incluye 800 millones de dólares para la Iniciativa de Asistencia de Seguridad a Ucrania (400 millones por año durante 2026 y 2027), fondos destinados a financiar la compra de armamento a la industria estadounidense para las Fuerzas Armadas ucranianas.
Además, se autoriza el Baltic Security Initiative, con 175 millones de dólares para reforzar las capacidades defensivas de Letonia, Lituania y Estonia, y se fija un piso mínimo de 76.000 efectivos estadounidenses estacionados en Europa. En paralelo, se prohíbe que el Comando Europeo de EE.UU. renuncie al cargo de Comandante Supremo Aliado de la OTAN, un gesto político directo frente a Rusia.
Venezuela y los ataques contra “narcolanchas”
Uno de los puntos más sensibles del proyecto es el capítulo dedicado a la campaña deataques contra embarcaciones en el Caribe y el Atlántico occidental, una operación que la Casa Blanca enmarca en la lucha contra el narcotráfico, pero que acumula al menos 25 ataques y 95 muertos. La ley obliga al secretario de Defensa, Pete Hegseth, a entregar a los comités de Servicios Armados del Senado y la Cámara las órdenes específicas que habilitaron los ataques, y los videos sin editar de las operaciones, bajo amenaza de retener el 25% de su presupuesto de viajes si no cumple.

La presión de los senadores refleja el creciente malestar a nivel interno por la falta de transparencia sobre reglas de enfrentamiento, objetivos y proporcionalidad del uso de la fuerza en alta mar, en el marco de la operación que se despliega cerca de Venezuela. Además, porque el contenido de la NDAA es funcional a la estrategia de Trump de reorientar las prioridades del Departamento de Defensa. El documento blinda varias órdenes ejecutivas para eliminar oficinas y programas de diversidad, equidad e inclusión dentro de las Fuerzas Armadas; recorta unos 1.600 millones en iniciativas vinculadas al cambio climático y resiliencia ambiental del aparato militar; y reafirma potestades para el empleo de fuerzas en tareas de seguridad fronteriza con México.
Una carrera tecnológica con China y la protección de Medio Oriente
El proyecto también dedica un capítulo extenso a acelerar la innovación militar para competir con China y Rusia. La reforma de adquisiciones busca acortar los tiempos de compra de sistemas de alta tecnología, flexibilizar requisitos burocráticos y permitir la incorporación más rápida de capacidades en campos como drones y sistemas autónomos, guerra electrónica, defensa antimisiles avanzada, y ciberdefensa y superioridad en el espectro electromagnético.
Tanto demócratas como republicanos insisten en que el nuevo esquema de compras debe traducirse en “ventaja tecnológica sostenida” frente a actores estatales que ya desafían la presencia estadounidense en Europa del Este, el Mar de China Meridional y ahora también en el Caribe. En paralelo, la NDAA establece un proceso para examinar las inversiones en China, exigiendo a los estadounidenses y a las empresas estadounidenses que alerten al Departamento del Tesoro cuando respalden tecnologías sensibles en China.
La NDAA también autoriza 1500 millones de dólares en nueva ayuda en materia de seguridad para Filipinas, así como autoriza la financiación de las fuerzas estadounidenses para continuar el entrenamiento de Taiwán y exige al Pentágono que trate de establecer un programa conjunto con Taiwán para desplegar sistemas de drones y antidrones. Similar cooperación ocurre con Israel, incluyendo un amplio apoyo al país con la financiación completa de los programas cooperativos de defensa antimisilesIron Dome y David’s Sling. Además, exige una evaluación continua de los embargos internacionales de armas contra Israel, como los que responden a la guerra en Gaza.
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