- India y Pakistán participan en el ejercicio antiterrorista Sahand 2025 en Irán bajo el paraguas de la OCS.
- Analistas coinciden en que se trata de una obligación institucional, no de un acercamiento político.
- Tanto Nueva Delhi como Islamabad ven a la OCS como plataforma estratégica para conectarse con Rusia, China, Irán y Asia Central, sin que eso implique cambios de fondo en su relación.
En plena congelación del vínculo bilateral, tropas indias y pakistaníes comparten por estos días un mismo campo de maniobras en Irán en el marco del ejercicio Sahand 2025, un adiestramiento antiterrorista bajo el paraguas de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). Las maniobras reúnen a los diez miembros del bloque: Irán, China, Rusia, India, Pakistán, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán y Bielorrusia.

Lejos de ser una señal de acercamiento, analistas de ambos países coinciden en que se trata de una obligación institucional dentro de la OCS, más que de un gesto político de distensión. Lo que se conoce por ahora es que el ejercicio Sahand 2025 se desarrolla en la provincia iraní de Azerbaiyán Oriental y forma parte de la serie de maniobras antiterroristas de la OCS, que comenzaron en 2003 con el objetivo de mejorar la coordinación regional frente a amenazas extremistas y transnacionales.
Desde su ingreso pleno a la OCS en 2018, India y Pakistán participan junto al resto de los miembros en este tipo de entrenamientos, centrados en cooperación operativa contra grupos armados no estatales, intercambio de experiencias en combate urbano y operaciones especiales, y coordinación en inteligencia y respuesta a amenazas transfronterizas. Sin embargo, ex diplomáticos y especialistas pakistaníes remarcan que la presencia de ambos países “no implica un cambio en el clima político” entre Nueva Delhi e Islamabad. La participación está marcada por el calendario de la organización y no por una agenda bilateral.
Rivalidad congelada
Las relaciones entre India y Pakistán siguen en uno de sus puntos más bajos en años, atravesadas por la disputa estructural por Cachemira, acusaciones cruzadas de terrorismo transfronterizo y la ausencia de diálogo político sostenido y canales diplomáticos activos. Analistas consultados subrayan que “ejercicios conjuntos no alcanzan para revertir un enfrentamiento político de décadas”.
Aun cuando soldados de ambos países operan en escenarios similares o comparten espacios de observación, eso no se traduce en medidas de fomento de la confianza significativas, relanzamiento de negociaciones políticas o mecanismos nuevos de gestión de crisis bilaterales. En paralelo, ex funcionarios pakistaníes recuerdan que India ha utilizado en ocasiones el ámbito de la OCS para politizar foros multilaterales con temas bilaterales, lo que refuerza el escepticismo en Islamabad.

Pese a la rivalidad, tanto India como Pakistán consideran que la OCS sigue siendo un espacio estratégico para relacionarse con Rusia, China, Irán y Asia Central, además de que el grupo una vía para mantener presencia política y de seguridad en Asia Central, así como acceso indirecto a debates sobre Afganistán, extremismo y conectividad energética y comercial. India, además, ve valor en mantener contacto profesional con las fuerzas armadas de la región, incluida Rusia, China e Irán, y aprovechar la experiencia iraní en conflictos recientes con Estados Unidos e Israel para extraer lecciones operacionales.
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