Los primeros poteros dedicados a la pesca de calamar ya arribaron al Atlántico Sur, operando incluso un mes antes del inicio oficial de la temporada de pesca nacional en Argentina. Entre ellos figura el barco chino Lu Peng Yuan Yu 098, representativo de una flota que cada año se anticipa a la apertura y se posiciona en zonas de alta migración del calamar.

En este sentido, dichos buques -y en particular los que enarbolan la bandera china- concentran su actividad en la llamada “milla 201”, un área marítima situada justo más allá de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) argentina. Allí se realiza una de las pesquerías de calamar más intensas y menos controladas del mundo.
Un reciente estudio con datos del sistema de rastreo AIS revela que entre 2019 y 2024 operaron en promedio 343 poteros por año en esa zona. De esos, aproximadamente el 74,6 % son de pabellón chino, seguidos por embarcaciones de Taiwán (18 %) y Corea del Sur (6,7 %). Durante ese lapso, el esfuerzo pesquero (medido en horas de faena) se incrementó un 65 %, con un aumento pronunciado del 85 % en la flota china.
Expertos y organizaciones de conservación advierten que esta dinámica intensiva fuera de la ZEE pone al recurso -el calamar de aleta corta del Atlántico Suroccidental- bajo una presión insostenible. La “milla 201” opera en un vacío regulatorio, sin cuotas, sin supervisión regional ni evaluaciones científicas coordinadas, en marcado contraste con las reguladas aguas nacionales.

La llegada temprana de estos barcos extranjeros anticipa lo que podría ser otra temporada de sobreexplotación en zonas sensibles del Atlántico Sur. Según los expertos consultados, sin un control internacional efectivo y cooperación regional, la actividad podría agravar la crisis del calamar, afectar otras especies y consolidar patrones de pesca predatoria con consecuencias ecológicas.
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