La Armada de Estados Unidos y la Marina de Corea del Sur completaron entre el 17 y el 20 de noviembre un ejercicio marítimo específico para neutralizar a las fuerzas especiales de Corea del Norte, incluidos sus temidos comandos “hombre rana” y unidades infiltradoras por mar. El adiestramiento, realizado en aguas cercanas a la península coreana, se centró en operaciones de contrafuerzas especiales (MCSOFEX) que apuntan a un escenario cada vez más relevante: Pyongyang puede no tener una marina capaz de disputar el control del mar a la flota estadounidense, pero sí dispone de comandos altamente motivados y de submarinos capaces de ejecutar ataques sorpresa contra buques aliados, infraestructuras portuarias y líneas de comunicación marítimas.

El ejercicio combinó intercambios de oficiales de enlace, adiestramiento en guerra antisubmarina y antiaérea, operaciones conjuntas de interdicción marítima y navegación táctica en formaciones dinámicas. Según el capitán de navío Dave Huljack, comandante del Destroyer Squadron 15, MCSOFEX forma parte de una serie de entrenamientos regulares como Freedom Edge y Ulchi Freedom Shield, destinados a aumentar la interoperabilidad entre las marinas de Estados Unidos y la República de Corea y, en un plano más amplio, a sostener un Indo-Pacífico “libre y abierto”. En la práctica, estos ejercicios pulen los procedimientos para que buques y aeronaves de ambos países operen como una sola fuerza ante un escenario de crisis en la península.
El factor China y la importancia de la 7ª Flota
En el despliegue participó el destructor USS Dewey (DDG 105), de la clase Arleigh Burke, en representación de la 7ª Flota estadounidense, acompañado por medios aéreos clave: dos helicópteros de ataque AH-60E Apache del Ejército, un MH-60R Seahawk de guerra antisubmarina de la Armada y un avión de patrulla marítima P-8A Poseidon. Por el lado surcoreano, se integraron un destructor lanzamisiles, una fragata y aeronaves de patrulla, configurando un dispositivo conjunto de superficie y aire orientado a detectar, rastrear e interdictar incursiones especiales, embarcaciones rápidas y submarinos norcoreanos.

Más allá de los medios específicos, cabe destacar que el USS Dewey, integrado al Destroyer Squadron 15, forma parte de la principal fuerza de combate de superficie de la 7ª Flota, que a su vez es el mayor dispositivo adelantado de la Armada estadounidense y el eje de su postura en el Indo-Pacífico. La coordinación estrecha con la marina surcoreana y, en otros formatos, con Japón, apunta a construir una red de respuesta conjunta capaz de contener crisis provocadas por Corea del Norte y disuadir, al mismo tiempo, movimientos más agresivos de Pekín.
Para Washington, Corea del Norte por sí sola no puede impedir que la Armada estadounidense controle el entorno marítimo de la península, pero sí puede lograrlo si China decide intervenir abiertamente en su apoyo. En este caso, un conflicto ampliado obligaría a la 7ª Flota a enfrentar a la que hoy es la marina más numerosa del mundo, en un espacio marítimo densamente disputado y con múltiples frentes simultáneos.
Te puede interesar: Japón ve con buenos ojos la adquisición de submarinos nucleares de Corea del Sur para contener a China en el Indo-Pacífico












