Después de veinte años de gobiernos del Movimiento Al Socialismo (MAS), Rodrigo Paz inaugura una nueva era política en Bolivia e impulsa un realineamiento con el mundo, especialmente con Occidente. Su llegada al poder marca un quiebre en la política exterior boliviana y un cambio de rumbo en las relaciones internacionales de Bolivia, orientadas a la apertura y a la búsqueda del desarrollo.

El 19 de octubre de 2025, el pueblo boliviano eligió en una segunda vuelta histórica a un presidente ajeno al MAS por primera vez desde 2006: Rodrigo Paz Pereira, político centrista del Partido Demócrata Cristiano e integrante de una familia que ya ha tenido experiencia al frente del gobierno boliviano. En palabras de Glaeldys Gonzalez Calanche, analista del International Crisis Group para los Andes del Sur, “esta elección marca un punto de inflexión político: Bolivia se dirige hacia una nueva dirección”, como informó Reuters.
Desde comienzos de siglo, Evo Morales y el MAS dominaron la escena política boliviana casi ininterrumpidamente. En este periodo, Bolivia adoptó una política exterior boliviana caracterizada por el distanciamiento de Washington, el acercamiento a gobiernos de izquierda radical y una postura abiertamente crítica al orden liberal internacional. El triunfo de Rodrigo Paz en las elecciones representa un corte con esta línea y augura un cambio en el relacionamiento de Bolivia con el mundo.
Señales inmediatas de un punto de quiebre en las relaciones internacionales de Bolivia
Todavía como presidente electo, Paz emprendió las primeras gestiones para la transformación de la política exterior boliviana. Una de sus primeras acciones consistió en una visita a Estados Unidos en busca de dólares y de aprovisionamiento energético, cuestiones centrales durante la campaña presidencial, según informó El País. Este hecho señala una recuperación de los lazos diplomáticos entre La Paz y Washington, luego de que el MAS los cortase hace casi 20 años.
En un video publicado en su cuenta oficial de Facebook, Paz señaló haberse reunido con funcionarios del gobierno estadounidense y representantes de instituciones como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Corporación Andina de Fomento, el Fondo Monetario Internacional, entre otros. Asimismo, Paz enfatizó lo siguiente: “Voy a tocar todas las puertas necesarias para que a Bolivia le vaya bien […] si tenemos que ir a otras capitales […] para que a Bolivia le vaya bien […] es necesario hacerlo”.
De esta manera, Bolivia se incorpora a una tendencia regional de viraje político hacia opciones de centro y centro-derecha con orientaciones más pragmáticas en materia económica y de inserción internacional. El giro de Paz reduce el peso del eje bolivariano en Latinoamérica y da lugar a una mayor convergencia con socios occidentales en seguridad, inversión y cooperación técnica. En palabras de Marco Rubio, se trata de una “oportunidad transformadora para la región”. Y es que, con la asunción de Paz, Washington suma un nuevo aliado en la región.
“Bolivia vuelve al mundo”
Esta postura de reapertura se cristalizó el 8 de noviembre de 2025 en la ceremonia de investidura de Rodrigo Paz. En su primer discurso como presidente de Bolivia, agradeció la participación de numerosas representaciones diplomáticas en el evento y señaló el viraje de la política exterior boliviana: “Esta es la nueva Bolivia, que se abre al mundo […] Nunca más una Bolivia aislada, sometida a ideologías fracasadas […] ni mucho menos a una Bolivia de espalda al mundo”. Este nuevo enfoque quedó sintetizado en una frase que supone una ruptura con décadas de aislamiento: “Bolivia vuelve al mundo y el mundo vuelve a Bolivia”.
Luego de la ceremonia, Paz sostuvo sus primeras reuniones con varios de los presidentes invitados, como informó El País. Entre estos, estaban los mandatarios de Chile, Paraguay, Uruguay, Ecuador y Argentina. Precisamente, este último, Javie Milei, ha sido una de las figuras de mayor relevancia en este contexto de transformación política en Bolivia. De hecho, fue el primero en felicitar a Rodrigo Paz por su victoria electoral. Además, ha sostenido conversaciones muy fructíferas con el secretario de Estado Marco Rubio, quien no solo lo felicitó por su elección, sino que ha señalado la disposición de Estados Unidos a cooperar con el entrante gobierno boliviano.

Por otra parte, se advierte un distanciamiento de los aliados de Bolivia durante los tiempos de Morales y el MAS. En medio de su viaje a Estados Unidos, el presidente Paz sostuvo un intercambio de palabras con el mandatario venezolano Nicolás Maduro vía X. Asimismo, Bolivia ha sido expulsada de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), luego de que Paz calificara como “antidemocráticos” a los gobiernos de Venezuela, Nicaragua y Cuba, como informó el País.
Todas estas señales marcan una alineación con Occidente desde La Paz. Este nuevo rumbo de la política exterior boliviana se materializa en disposiciones, como el retorno de las operaciones de la Administración de Control de Drogas (DEA) en el país, anunciado por el Ministerio de Gobierno, como informó El País.
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