Polonia anunció el despliegue de 10.000 soldados para proteger su infraestructura crítica, tras un sabotaje ferroviario atribuido a los servicios de inteligencia de Rusia. Esta medida fue anunciada por el ministro de Defensa, Władysław Kosiniak-Kamysz, en el marco de una operación llamada Operación Horizonte.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Radosław Sikorski, acusó directamente a Moscú de ordenar el acto. En un discurso ante el Parlamento, afirmó que no se trató simplemente de sabotaje, sino de terrorismo de Estado, con la intención clara de generar víctimas humanas.
Además, Polonia decidió cerrar el último consulado ruso en su territorio, ubicado en Gdansk, como parte de su reacción diplomática. Según las autoridades polacas, los presuntos autores son dos ciudadanos ucranianos que habrían actuado bajo órdenes rusas y huyeron a Bielorrusia.

La investigación también llevó a la detención de otros cómplices, y las fuerzas de seguridad polacas llevarán a cabo controles más firmes sobre infraestructuras vulnerables. Mientras que el general Wiesław Kukuła, jefe del Estado Mayor polaco, advirtió que el ataque podría ser parte de una campaña híbrida más amplia por parte de Rusia.
Te puede interesar: Polonia acusa a la inteligencia rusa de sabotear vías ferroviarias hacia Ucrania












