Reino Unido advierte que tiene opciones militares listas tras un incidente con el buque ruso Yantar contra pilotos de la Real Fuerza Aérea Británica, luego de que la nave de inteligencia dirigida por Rusia utilizara láseres contra aeronaves que la monitoreaban en el extremo norte de Escocia. El episodio se produjo en una zona donde Londres sostiene un seguimiento constante de embarcaciones rusas desde 2022.

De acuerdo con información difundida, el secretario de Defensa británico John Healey afirmó que el buque ruso realizó acciones que calificó de “profundamente peligrosas” al dirigir láseres hacia pilotos de la RAF asignados a una misión de vigilancia. El Reino Unido mantiene un protocolo de monitoreo cercano sobre unidades rusas que transitan sus aguas jurisdiccionales ampliadas, una práctica que se intensificó desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania, cuando aumentó la presencia de buques y submarinos de Moscú en rutas atlánticas asociadas a cables submarinos y corredores marítimos estratégicos.
El Yantar es una plataforma de recopilación de inteligencia diseñada para operaciones profundas, incluida la inspección y mapeo de cables submarinos, una infraestructura crítica para la conectividad global. La nave, dependiente de la Dirección Principal de Investigación Oceánica de Rusia, opera con sistemas de detección avanzados que permiten el despliegue de vehículos submarinos autónomos, lo que la convierte en un activo relevante dentro de la estrategia rusa de guerra híbrida orientada a vulnerar redes de comunicación. Su presencia en el borde de las aguas británicas se ha convertido en un indicador regular de actividad de observación electrónica en el Atlántico Norte.
Londres sostiene que los láseres empleados desde el Yantar no provocaron daños físicos en los pilotos, pero generaron riesgo operacional en misiones de vuelo a baja cota cerca del límite marítimo. Healey señaló que modificó las reglas de empeñamiento de la Real Armada Británica (Royal Navy, RN) para permitir un seguimiento más cercano del buque ruso dentro de lo que calificó como “nuestras aguas más amplias”. Esas adaptaciones operativas buscan ampliar la capacidad de sombra y proximidad sin escalar a intercepciones arriesgadas, en un marco de legalidad marítima internacional.

El monitoreo de embarcaciones rusas próximas al Reino Unido se ha vuelto habitual desde 2022, particularmente en torno al Mar del Norte y al corredor entre Escocia y Noruega. En esos espacios circulan algunos de los cables de fibra óptica que conectan Europa con Norteamérica, elementos considerados críticos tanto para el funcionamiento financiero global como para comunicaciones militares. La proximidad del Yantar a estas rutas genera preocupación recurrente entre los aliados de la OTAN, que consideran a la nave una herramienta de reconocimiento estratégico con capacidad para operar por debajo de los umbrales tradicionales de confrontación.
La respuesta británica se enmarca en un entorno donde varios países europeos han reforzado su vigilancia marítima ante actividades rusas que combinan inteligencia electrónica, navegación en proximidad y maniobras que desafían normas tácitas de seguridad en el mar. Londres ha incrementado el uso de helicópteros navales, aviones de patrulla marítima P-8 Poseidon y fragatas de la clase Type 23 para sostener presencia en el Atlántico Norte y en el entorno de la brecha GIUK, un punto crítico para el control del tránsito submarino.
Hasta el momento, Moscú no emitió comentarios sobre el uso de láseres durante el incidente. Londres mantiene el seguimiento del Yantar mientras la nave continúa su tránsito en dirección norte, en una zona donde confluyen intereses británicos, rusos y de la OTAN en materia de vigilancia, comunicaciones submarinas y libertad de navegación.
Te puede interesar: Reino Unido perdió más tropas de las que reclutó este año, según los datos oficiales del Ministerio de Defensa














