Ucrania inspecciona el Shahed-101 utilizado por Rusia y confirma que cada componente es de origen iraní, tras el análisis del dron derribado en noviembre en una zona próxima a rutas logísticas en el este del país. Las fuerzas ucranianas identificaron que la plataforma empleada por Rusia mantiene un ensamblaje completamente iraní sin modificaciones locales, pese a su uso frecuente en ataques de corto y mediano alcance.

El examen técnico del Shahed-101 permitió identificar que la estructura interna, los módulos electrónicos, el sistema de guiado, las espoletas, las baterías y el ordenador de vuelo llevan inscripciones iraníes, de acuerdo con el documento técnico publicado por Militarnyi, que analizó material obtenido por voluntarios del grupo ZAMPOTEKH. La revisión del fuselaje y de los componentes expuestos tras su derribo muestra un diseño estandarizado que coincide con otras plataformas de origen iraní empleadas desde el inicio de la invasión.
La aeronave presenta una antena CRPA de cuatro canales integrada en la parte superior del fuselaje, un motor de pequeño desplazamiento similar al utilizado en drones señuelo y un sistema de navegación basado únicamente en guiado satelital e inercial. Esta configuración corresponde a perfiles de vuelo destinados a ataques contra infraestructura fija y depósitos logísticos, con parámetros simplificados para saturar defensas aéreas mediante volumen y persistencia. El Shahed-101 es más compacto que los modelos Shahed-131 y Shahed-136 utilizados previamente, lo que facilita su transporte y dispersión cercana al frente.
El análisis de la ojiva sugiere un peso aproximado de 8 kilogramos, con una carga de tipo carga hueca y fragmentación destinada a perforar estructuras livianas y dispersar metralla en un radio limitado. Registros audiovisuales muestran la presencia de un polvo metálico no identificado dentro del contenedor explosivo, que podría aportar un efecto incendiario en el momento de la detonación. La construcción interna evidencia un ensamblaje uniforme, con cableado y módulos ajustados a diseño industrial en serie.
El dron aparece en un momento en que Rusia incrementa el uso de municiones de bajo costo para atacar líneas de abastecimiento, realizar reconocimiento previo al empleo de artillería y presionar defensas móviles ucranianas. La incorporación del Shahed-101 se inscribe en un patrón operativo caracterizado por el empleo combinado de drones de reconocimiento, municiones merodeadoras y ataques de saturación contra puestos de mando y depósitos de suministros. La inspección permite a Ucrania ajustar procedimientos de detección y neutralización basados en firmas acústicas y térmicas específicas.

La documentación del origen iraní del Shahed-101 se suma a la evidencia recopilada desde 2022 sobre la provisión de drones, componentes y know-how técnico de Irán hacia Rusia. La estructura interna, la electrónica modular y la configuración del motor mantienen coherencia con series anteriores exportadas por Teherán a otros clientes estatales y no estatales en Oriente Medio. La identificación de piezas estandarizadas permite a los equipos técnicos ucranianos consolidar bases de datos forenses para análisis de riesgos y reconocimiento táctico.
Para las fuerzas ucranianas, la confirmación del ensamblaje íntegramente iraní aporta información relevante para evaluar patrones de empleo ruso, capacidades de producción externa y características comunes entre diferentes modelos de drones de ataque de corto alcance. El hallazgo también contribuye a la clasificación de amenazas aéreas, fundamental para la eficiencia de los sistemas de defensa de corto y medio alcance desplegados a lo largo de los ejes logísticos más expuestos.
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