En una reunión con el presidente Viktor Orbán, de Hungría, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, accedió a otorgarle una exención de las sanciones estadounidenses sobre la energía rusa, en función de motivos geoeconómicos y los posibles riesgos derivados que podría enfrentar Hungría. El 7 de noviembre de 2025, en la Casa Blanca, Trump y Orbán pactaron un encuentro para abordar una posible exención de sanciones norteamericanas sobre la industria energética rusa que afectaba a Hungría. Dicha reunión fue fructífera para el mandatario húngaro, puesto que Washington accedió a dicha exención.

Después de todo, Hungría es un país altamente dependiente de Rusia. En particular, el país depende de oleoductos como el Druzhba y gasoductos como el TurkStream, que coadyuvaron a la provisión del 86% del petróleo y el 74% del gas de Hungría desde Rusia en 2024. Son pocas las alternativas de las que dispone Budapest en lo que respecta a su provisión energética. En consecuencia, resulta fundamental para el gobierno de Orbán paliar los efectos que las sanciones que Washington, y Occidente, impulsan hacia las economías que siguen abasteciéndose del petróleo y gas rusos.
Contenido del acuerdo
En el acuerdo, se establece que los Estados Unidos de Norteamérica le conceden a Hungría una exención de un año para las sanciones de energía rusa, según un funcionario de las Casa Blanca. No obstante, algunos agentes húngaros señalan que esta exención sería, más bien, indefinida, lo que genera una cierta disonancia con la versión oficial. Con todo, el trato comprende un compromiso húngaro de comprar 600 millones de dólares en conceptos de gas natural licuado estadounidense y a profundizar lazos de cooperación nuclear energética con Washington.
De esta forma, el acuerdo no se limita a una simple concesión gratuita de Trump a un aliado ideológico, como lo es Orbán, sino un acuerdo que, en el largo plazo, busca fortalecer la vinculación entre Estados Unidos y Hungría. Washington justifica esta concesión aduciendo que los húngaros enfrentan realidades físicas complejas para hacer frente a los requerimientos de Occidente sobre su provisión energética, como señala The Guardian.
Trump reconoció que “Hungría no tienen la ventaja de tener mar, ni los puertos”, de modo que Budapest estaría enfrentando importantes dificultades para diversificar sus fuentes de energía. Orbán añadió que, de no darse la exención, “las consecuencias para el pueblo y la economía húngaros” serían graves.
Implicancias para Hungría
Sin embargo, el acuerdo sigue teniendo implicancias de alta relevancia para Hungría. Es cierto que la exención le va a permitir a los húngaros seguir importando energía rusa sin sanciones, lo que va a estabilizar su suministro energético. Sin embargo, la dependencia estructural perdura y Hungría es todavía vulnerable a shocks externos. Pese a ello, Viktor Orbán se ha empeñado en presentar sus resultados en Washington como una victoria diplomática de cara a sus electores en el pueblo húngaro, según informa Reuters.

Más allá del punto de vista estadounidense y húngaro, la medida también tiene notables consecuencias para la Unión Europea y la cuestión ucraniana. Desde la perspectiva de la UE, la medida resta coherencia a la política de sanciones del bloque trasatlántico, al otorgarse un trato diferencial a un miembro de la Unión. Asimismo, esto refuerza la postura crítica de Budapest acerca de la estrategia de desenganche de Rusia, consonante con el espíritu y el discurso de Orbán. En particular, para los ucranianos, el acuerdo implica una reducción de las presiones financieras y económicas que se pretendían ejercer de Occidente hacia Rusia, según informa AP News.
Resta ver si la medida tomada crea un precedente para que otros países soliciten medidas similares, lo que, eventualmente, minaría la efectividad de las sanciones. Este tipo de exenciones, después de todo, merman el carácter punitivo, orientado a la modificación de un comportamiento, inherente a cualquier tipo de medidas de sanciones económicas. Se debe esperar, en todo caso, a ver el accionar de Estados Unidos, ante posibles solicitudes parecidas a la de Orbán, para determinar si es que se trata de una decisión excepcional o una tendencia que irá repitiéndose en el futuro.
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