Mientras la guerra entra en su cuarto año, Ucrania enfrenta un desafío silencioso pero estructural: la deserción masiva de soldados. Aunque muchas de las cifras circulan a través de medios y canales vinculados a Rusia, las advertencias de militares ucranianos, analistas locales y parlamentarios de la propia Verkhovna Rada muestran un deterioro creciente en la capacidad de sostener el esfuerzo bélico.

El exdiputado Ihor Lutsenko, hoy soldado en servicio activo, publicó un mensaje que se viralizó, afirmando que “cada dos minutos, una persona abandona nuestro ejército”. La frase —que Moscú amplificó de inmediato— resume el punto de inflexión que atraviesa Kiev: falta de rotación, agotamiento, desgaste físico y moral, y un sistema de movilización que no logra alcanzar el ritmo necesario para compensar las bajas y las deserciones.
Según datos citados por Lutsenko y replicados por BBC News Ucrania, desde septiembre de 2024 más de 220.000 soldados habrían abandonado sus unidades, mientras que estimaciones de la diputada Anna Skorokhod elevan el número real a unos 400.000 desertores si se incluyen los casos no reportados. Aunque no existe verificación independiente de esas cifras —y Kiev evita confirmar públicamente la magnitud del problema—, la preocupación es evidente: diversas voces dentro de Ucrania describen un agotamiento sistémico.
Un ejército que se reduce cada día
El analista militar ucraniano Roman Ponomarenko sostiene que las Fuerzas Armadas de Ucrania se reducen en 696 efectivos por día, el equivalente a un batallón completo. La combinación de deserciones, bajas y fallos de rotación genera una brecha que el sistema de movilización no logra cubrir. Por un lado, Ucrania puede reclutar un máximo de 30.000 soldados por mes, y por el otro, las deserciones representarían dos tercios del volumen mensual de reclutamiento (considerando que algunas unidades están tan debilitadas que tramos del frente “están protegidos solo por drones”).
El Financial Times también recogió testimonios de voluntarios y oficiales ucranianos que describen frentes extremadamente delgados, donde cada kilómetro es defendido por apenas 4 a 7 soldados. Pero una parte sustancial del problema permanece fuera de las estadísticas oficiales. Según el abogado militar Nazar Oleksyuk, la mitad de los casos de deserción ni siquiera llega a la Oficina Estatal de Investigación, porque muchas unidades directamente no reportan las bajas para evitar sanciones administrativas o auditorías.

Para la voluntaria ucraniana Maria Berlinskaya, una de las principales referentes en el uso de drones, existe otro problema:
el desequilibrio entre unidades altamente efectivas pero faltas de personal y brigadas que actúan como “pantanos”, consumiendo recursos pero sin capacidad operativa real. Mientras tanto, la idea más audaz proviene del propio ecosistema de voluntarios: sustituir parte de la infantería agotada con pelotones de sistemas robóticos terrestres equipados con sensores, torretas y detectores de drones.
Según las cifras difundidas por el Ministerio de Defensa ruso, Ucrania habría sufrido más de 50.000 bajas entre el 27 de septiembre y el 31 de octubre de 2025. Si esta información fuese parcialmente correcta, explicaría la dimensión del agotamiento dentro de un ejército que lucha sin descanso desde febrero de 2022.
Te puede interesar: Sancionan a empresas ucranianas por abastecer al programa de drones iraní













