La República de Filipinas activó su primera batería de misiles de crucero supersónicos BrahMos en la isla de Luzón, con alcance directo sobre áreas en disputa con China en el mar de China Meridional, como el banco de Scarborough. Se trata del primer despliegue operativo de este sistema indio en un país extranjero y de un nuevo paso en la estrategia de Manila para reforzar su disuasión frente a Pekín.

La batería, operada por el Regimiento de Defensa Costera del Cuerpo de Marines filipino, fue presentada oficialmente durante el 75º aniversario de la fuerza, en un acto encabezado por el presidente Ferdinand Marcos Jr. El despliegue se realizó en la costa oeste de Luzón, en la provincia de Zambales, frente al mar de China Meridional.
Un “muro de misiles” frente a Scarborough
Con un alcance estimado de unos 290 km (alrededor de 180 millas), los BrahMos permiten cubrir objetivos clave dentro de la zona económica exclusiva filipina, incluyendo el banco de Scarborough (Bajo de Masinloc para Manila, Huangyan para Pekín), bajo control de facto de China desde 2012. El sistema incorporado por Filipinas incluye vehículos lanzadores autónomos 12×12 con dos misiles cada uno, puesto de mando móvil, vehículos de mantenimiento y de reabastecimiento, en línea con la configuración costera empleada por India.
Cabe recordar que el BrahMos es un misil de crucero supersónico desarrollado conjuntamente por India y Rusia, diseñado para ataques antibuque y de ataque a tierra a baja altura, con alta maniobrabilidad y capacidad de vuelo a más de Mach 2. El contrato filipino, valuado en unos USD 375 millones por tres baterías, convirtió a Manila en el primer cliente de exportación del sistema.

Para Filipinas, su incorporación se inscribe en la transición de una defensa centrada en amenazas internas hacia un esquema de “defensa archipelágica activa”, que combina vigilancia marítima, radares, drones, cooperación con EE. UU. y ahora, capacidad real de negación de área frente a buques enemigos. En paralelo, Luzón ya aloja el sistema estadounidense Typhon de alcance medio, desplegado para ejercicios conjuntos con el Ejército de EE. UU., lo que refuerza el mensaje de coordinación militar entre ambos países.
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¿Mensaje directo a Pekín?
China, que reclama la soberanía sobre la mayor parte del mar de China Meridional —incluyendo áreas dentro de la ZEE filipina— ha advertido reiteradamente a Manila contra “jugar con fuego” mediante la compra de armamento estratégico y la cesión de bases a fuerzas estadounidenses. En este contexto, el banco de Scarborough es uno de los puntos más sensibles: desde el enfrentamiento naval de 2012, guardacostas y milicias marítimas chinas expulsan regularmente a pescadores filipinos y han bloqueado intentos de Manila de reaprovisionarlos o instalar estructuras propias en la zona. Incidentes de colisiones, empleo de cañones de agua y maniobras agresivas han elevado la tensión en los últimos meses.

Con los BrahMos en Zambales, Filipinas busca reforzar su capacidad de respuesta frente a eventuales bloqueos o incursiones de buques chinos, aunque por ahora el mensaje oficial es defensivo: los misiles se presentan como una herramienta de disuasión, no de ataque preventivo. Asimismo, el despliegue forma parte de un plan de modernización militar filipino de unos USD 35.000 millones, centrado en capacidades navales, aéreas y de vigilancia de dominio marítimo. Este giro está directamente impulsado por el aumento de la presencia militar china en la región —incluida la construcción de islas artificiales y bases fortificadas— y por la percepción de que cualquier conflicto en el mar de China Meridional tendría impacto directo sobre la seguridad y la economía filipinas.
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