El Senado de Estados Unidos dio el primer paso para reabrir el gobierno, actualmente en el cierre más largo en la historia del país, aunque todavía queda por ver cómo avanzará el aparato legislativo mientras los costos de la parálisis gubernamental se acrecientan.
Hay que recordar que el gobierno federal se encuentra sin poder disponer de partidas presupuestarias por la falta de acuerdos en el Congreso, donde debe aprobarse la ley de financiamiento. La mayor parte de la bancada demócrata pide a los republicanos que reinstalen los subsidios a seguros de salud eliminados en el paquete fiscal que Donald Trump propuso y aprobó a mediados de año, mientras que el oficialismo exige dejar atrás el cierre para avanzar en otros temas.

Este desacuerdo dejó en el limbo a cientos de miles de trabajadores federales, que han sido licenciados sin goce de sueldo o trabajan sin percibir haberes en tareas esenciales, lo que genera situaciones de escasez de personal en áreas críticas como los controladores aéreos. Además, se detuvieron los pagos al programa de asistencia nutricional SNAP (Supplemental Nutrition Assistance Program), que alcanza al 12,3% de los residentes estadounidenses, según el Departamento de Agricultura de ese país. Se trata de solo dos muestras de cómo la discusión política impacta en la sociedad y el electorado, algo que quedó en el debate luego de las sonadas derrotas republicanas en distintas carreras electorales del pasado martes 4 de noviembre.
El Senado da el primer paso para reabrir el gobierno
El giro en el estancamiento alrededor del cierre de gobierno tiene que ver con una partición del espacio demócrata, donde un grupo de legisladores opositores decidieron apoyar una ley que garantice el financiamiento del gobierno por enero, con la condición de negociar los subsidios en seguros de salud para poblaciones vulnerables contenidas en la Affordable Care Act, también conocido como Obamacare.
En el primer paso necesario para destrabar este proceso, el Senado votó 60-40 para avanzar en el sentido de una legislación que permita financiar el gobierno y luego votar sobre mantener los mencionados subsidios, que vencen el 1 de enero y podrían impactar directamente en los precios que pagan millones de personas. Este proyecto también incluiría la recontratación de los trabajadores estatales despedidos, y asegurarse que todos los empleados federales afectados por el cierre de gobierno reciban indemnización.
Sin embargo, el camino acaba de empezar a desandarse y podría tener nuevos retrasos, ya que buena parte de la bancada demócrata se mostró en contra de ceder ante los republicanos. Sobre todo, luego de distintas carreras a gobernador como las de Virginia, Nueva Jersey y la de alcalde a Nueva York, donde los demócratas ganaron por amplios márgenes con discursos centrados en el costo de vida.
El líder de la bancada minoritaria en el Senado, Chuck Schumer, votó en contra de esta medida, junto a la mayor parte de sus correligionarios. En cambio, el líder republicano de la Cámara Alta, John Thune, apoyó el pacto y pidió una votación inmediata ara comenzar su proceso de aprobación.
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