El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, anunció que China se comprometió a adquirir 25 millones de toneladas métricas de soja estadounidense cada año durante los próximos tres años, como parte de un entendimiento bilateral alcanzado entre los presidentes de ambos países. Asimismo, detalló que China iniciará el acuerdo comprando 12 millones de toneladas métricas antes de enero próximo.

Para el sector agrícola de EE.UU., y específicamente para los productores de soja, el anuncio representa un alivio tras un periodo de incertidumbre. “Nuestros magníficos agricultores de soja, a quienes los chinos utilizaron como peones políticos, eso ya no es un problema, y deberían prosperar en los años venideros”, declaró Bessent en una entrevista en el programa Mornings with Maria de Fox Business.
En este sentido, el acuerdo ocurre en un contexto de alta tensión comercial. China detuvo en buena medida sus compras de soja a EE.UU. como parte de la guerra arancelaria entre ambas potencias y aumentó sus adquisiciones a proveedores sudamericanos como Brasil y Argentina. Según analistas, las cifras anunciadas -12 millones de toneladas para esta temporada y 25 millones al año en adelante- estarían “volviendo a la normalidad” del comercio, aunque no implican un crecimiento sustancial más allá del nivel previo.
El entendimiento entre China y Estados Unidos alcanzó otras cuestiones claves como tierras raras
Sin embargo, permanecen interrogantes como el hecho de que, aunque la cifra de 25 millones de toneladas es coherente con niveles históricos, el impacto real dependerá de condiciones operativas (como los aranceles vigentes, diversificación de proveedores chinos y la logística de exportación). En línea con esto, Brian Grete, analista de Commstock, señaló que “sería básicamente volver a lo normal”, más que marcar una expansión significativa.
Buenas noticias para los agricultores estadounidenses, malas noticias para Argentina y Brasil
Pero un punto no menor a considerar es que para América Latina -en particular Brasil y Argentina, grandes exportadores alternativos de soja- este acuerdo podría implicar un ajuste de mercados y competencia. Si China retoma compras sustanciales a EE.UU., podrían reducirse las compras a otros orígenes, lo que tendría efectos en precios globales y dinámicas comerciales de la región. Una vez más, Trump modificó las reglas de juego en el comercio, y esta vez, con impactos para nada positivos en América Latina.

En definitiva, el compromiso chino con la soja estadounidense no solo es una victoria simbólica para los agricultores de EE.UU., sino también una carta estratégica en la relación comercial entre dos potencias que, tras meses de tensión, buscan una tregua o al menos un estancamiento de la escalada. El desafío será ver cómo reaccionan los mercados a este nuevo entendimiento y los países competidores de la región.
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