Una encuesta de reciente mostró un salto de 16 puntos en la aprobación a Trump por su manejo de Gaza, tras el anuncio de cese del fuego y canje de rehenes entre Israel y Hamas. El repunte se da en un contexto frágil: incidentes armados, bombardeos puntuales y advertencias de Washington para sostener la tregua. En paralelo, líderes de Hamas aseguran no querer dar “pretextos” para retomar la guerra y prometen avanzar en la recuperación de restos y el ingreso de ayuda, mientras las partes negocian bajo fuerte presión internacional.
Encuesta y narrativa presidencial en tiempos de tregua
La última medición de la Universidad de Quinnipiac ubica en 47% a quienes aprueban el manejo de Trump del conflicto en Gaza (41% desaprueba; 11% NS/NC), un salto de 16 puntos frente a septiembre. El avance llega tras el anuncio de alto el fuego y liberación de rehenes, además de la visita del presidente a Israel el 13 de octubre para capitalizar diplomáticamente el acuerdo. No obstante, la tregua mostró grietas: según reportes, Israel respondió con ataques aéreos luego de denunciar una violación “flagrante” del cese por parte de Hamas, que a su vez afirmó mantener el compromiso.

El repunte para Trump se explica por la percepción de gestión activa (mediación, presión sobre actores y mensajes de disuasión), pero la sostenibilidad del apoyo dependerá de resultados visibles: cumplimiento efectivo del intercambio de rehenes, reducción sostenida de violencia y ampliación del corredor humanitario. Cualquier escalada que complique a Israel o implique altos costos civiles en Gaza podría erosionar el beneficio político. Así, la encuesta captura un momento favorable, no un veredicto definitivo.
Compromisos con la ONU y presión por acceso humanitario
Khalil al-Hayya sostuvo que Hamas no dará a Israel “pretextos” para reactivar la ofensiva y que se busca entregar restos y localizar a los últimos rehenes bajo la fase uno de la tregua. Resaltó la necesidad de ampliar el flujo de asistencia, aseguró que Gaza requiere 6.000 camiones diarios, y pidió a mediadores destrabar insumos que, según denuncia, enfrentan trabas de entrada “como si aún hubiera guerra”. También dijo aceptar que figuras nacionales gestionen la Franja, avanzar hacia elecciones y que la reconstrucción sea administrada por un organismo de la ONU con esquema de monitoreo fronterizo.

Si la encuesta premia a Trump por encauzar la tregua, su capital político dependerá de que Hamas cumpla con rehenes y que Israel facilite el acceso humanitario sin desbordes militares. La viabilidad del plan, nuevo mecanismo de gobierno, supervisión de la ONU y eventual desarme ligado al fin de la ocupación, medirá la capacidad de sostener el cese de fuego. En síntesis, el envión de opinión en Estados Unidos y la retórica de contención en Gaza sólo se consolidarán si los incentivos alinean seguridad, ayuda y pasos políticos verificables.
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