Estados Unidos y Abu Dabi destinarán 1.800 millones de dólares junto al Consorcio Orion para escalar oferta global de minerales críticos (desde litio y tierras raras hasta cobre y uranio) priorizando activos en producción o listos para producir para abastecer a Washington y aliados. La apuesta llega mientras China restringe acceso a insumos estratégicos y en paralelo el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) publica el borrador 2025 de su lista, afinando un modelo de riesgo que ordena inversiones, permisos y stockpiles.
Alianzas soberanas y riesgo geopolítico controlado
El plan de Estados Unidos y Abu Dabi canaliza 600 millones cada uno, junto con 600 millones del Consorcio Orion, para un total inicial de 1.800 millones, con meta de crecer hasta 5.000 millones atrayendo coinversores con “valores compartidos”. El objetivo es evitar greenfields exploratorios y volcar capital en minas y refinerías en producción o a punto de producir, incluyendo eslabones de procesamiento para transformar concentrados en materiales aptos para baterías, imanes y equipos de defensa. La participación de la DFC y de ADQ reduce riesgo país y habilita apalancamiento diplomático en mercados emergentes.

El movimiento se inserta en una carrera financiera mayor: días antes, Appian/IFC lanzaron un fondo de 1.000 millones focalizado en África y América Latina. Orion, por su parte, apunta a minerales críticos reconocidos por Estados Unidos, Canadá, la UE y Australia, incorporando cobre y uranio como vectores de transición energética y seguridad. Para fabricantes y utilities, esto traduce en certidumbre de suministro y menor exposición a shocks regulatorios.
Lista 2025 y permisos
El USGS publicó el borrador 2025 de su lista de minerales críticos y un modelo de disrupción de cadenas que simula más de 1.200 escenarios sobre 402 industrias y pondera impacto por probabilidad. Entre los mayores riesgos prob-ponderados figuran samario, rodio, lutecio, terbio, disprosio, galio, germanio, gadolinio, tungsteno y niobio; el cobre, plata, renio, potasa, silicio y plomo pasan a incluirse, mientras arsénico y telurio se remueven. Para el Tesoro y agencias como la DFC, esta métrica convierte “escasez” en números comparables con otras prioridades, orientando inversión, stockpiles, incentivos fiscales y permisología.

La sinergia entre el capital de Estados Unidos y Abu Dabi vía Consorcio Orion y la hoja de ruta de la USGS reduce riesgo geopolítico y riesgo de ejecución. Si el modelo detecta alta sensibilidad en, por ejemplo, tierras raras pesadas o galio/germanio, el consorcio puede priorizar activos y plantas de procesamiento que respalden a defensa, renovables y semiconductores. En un entorno de restricciones chinas, el binomio “minerales críticos + datos” habilita decisiones rápidas: oferta cercana al mercado, contratos de largo plazo y redundancia en eslabones de refinado.
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