El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una medida que modifica el equilibrio comercial con América del Sur: la cuota arancelaria para la carne argentina se cuadruplica a 80.000 toneladas métricas. El objetivo, según la Casa Blanca, es “bajar los precios de la carne en el mercado interno y proteger a los ganaderos estadounidenses”.
El anuncio fue confirmado por un funcionario del Ejecutivo y luego ampliado por la portavoz presidencial Anna Kelly, quien indicó que la iniciativa “forma parte del compromiso de Trump de brindar alivio económico a los consumidores sin descuidar el apoyo al productor local”.
Una decisión con múltiples objetivos
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) informó que la ampliación de la cuota se enmarca en un programa de expansión del rodeo bovino norteamericano. Según el comunicado, el gobierno busca incrementar la oferta en el corto plazo mediante importaciones mientras impulsa incentivos internos a los criadores locales para estabilizar los precios a futuro.

De esta manera, la estrategia combina apertura comercial y subsidio productivo, un equilibrio complejo que podría generar tensiones dentro del propio sector agropecuario estadounidense.
En paralelo, el aumento de las importaciones desde Argentina podría fortalecer el intercambio bilateral, justo cuando ambos gobiernos transitan una etapa de acercamiento diplomático tras los acuerdos financieros y de asistencia firmados en octubre.
Oportunidad económica y desafío para el Mercosur
La medida podría impulsar las exportaciones argentinas de carne, un sector que ya venía experimentando una recuperación sostenida desde 2023. Con esta ampliación, Argentina se consolida como uno de los principales proveedores del mercado estadounidense, detrás de Brasil, Australia y México.
Sin embargo, especialistas advierten que la decisión de Washington tiene un efecto divisorio dentro del Mercosur, ya que introduce una relación preferencial con Buenos Aires fuera de los esquemas comunes de negociación comercial del bloque. Esta flexibilización se da en un momento en que el Mercosur discute su propio rumbo comercial, entre el acuerdo con la Unión Europea y la necesidad de diversificar mercados.
Contexto político y repercusiones
El anuncio ocurre en medio de un contexto electoral y económico sensible tanto en Argentina como en Estados Unidos. Trump, que busca proyectar una imagen de liderazgo económico, combina medidas proteccionistas con gestos de apertura selectiva hacia socios estratégicos.

Para la administración argentina, la decisión representa una validación del acercamiento político y económico con Washington, tras los acuerdos bilaterales alcanzados durante octubre, que incluyeron el swap financiero y nuevas líneas de cooperación productiva.
Sin embargo, analistas locales advierten que el beneficio coyuntural podría condicionar la autonomía comercial argentina, especialmente si el esquema de cuotas se mantiene ligado a concesiones diplomáticas o geopolíticas.
Impacto regional y perspectivas
El incremento de la cuota a 80.000 toneladas introduce un nuevo equilibrio en el mercado cárnico regional. Chile y Uruguay —dos competidores directos de Argentina en exportaciones de carne de calidad premium— podrían verse afectados por la redistribución de cupos hacia el mercado norteamericano.
Además, la medida refuerza la dependencia de América del Sur del consumo estadounidense, lo que genera interrogantes sobre la sustentabilidad de largo plazo y la necesidad de diversificar socios comerciales.
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